Esta mañana, Juanmari enlazaba el artículo publicado por Josep Costa, quien, según he leído, se presenta por la lista de Junts per Catalunya en el número 17 de la provincia de Barcelona. El dato no tiene nada que ver con lo que comentaré, pero es para situaros en el contexto de su artículo: «¿Catalunya, la Kentucky de Europa?«. Cierto. Cataluña no tiene nada que ver con Kentucky, así que mejor no fijarse demasiado, salvo en unas cuantas cosas de su artículo:
1.«Nos habíamos creído que Europa era otra cosa, y a la hora de la verdad Catalunya ha resultado ser más europeísta que las élites de la UE.«. O sea, para variar y tal y como está demostrando Puigdemont día sí y otro también: o me das la razón o no vale, que para algo somos los depositarios de la virtud.
2.«Desde tiempo atrás, las élites de la UE —en connivencia con el nacionalismo español—, han impuesto el discurso que la división de un estado miembro no es posible y que, en todo caso, comportaría la salida de la Unión del territorio que se independice«.
Por partes, que el tema tiene su miga:
a) Cuando Romano Prodi, en nombre de la Comisión Europea, emitió la famosa respuesta a la pregunta formulada por Eluned Morgan, afirmando, entre otras cosas que: «Cuando una parte del territorio de un Estado miembro deja de formar parte de ese Estado, por ejemplo porque se convierte en un Estado independiente, los tratados dejarán de aplicarse a este Estado. En otras palabras, una nueva región independiente, por el hecho de su independencia, se convertirá en un tercer Estado en relación a la Unión y, desde el día de su independencia, los tratados ya no serán de aplicación en su territorio«, lo hizo en connivencia con el nacionalismo español. Claro que esa respuesta es de 2004. O sea, que el pérfido nacionalismo español tuvo la portentosa capacidad de prever el futuro y redactó la respuesta de Prodi.
b) Había más partes para este punto 2, pero en verdad que no vale la pena, además que apunto algo más abajo, en el apartado 5.
3. «Sea como sea, la negación de la posibilidad de admitir nuevos estados nacidos dentro de las propias fronteras no deja de ser indicativa de la clase de Europa que se está construyendo.
El profesor Barto Fassbender ya ha empezado a plantear con lucidez esta reflexión.
(…) Y los Estados Unidos de Europa existirán el día que, entre otras cosas, la división de un estado miembro no ponga en duda la pertenencia de los estados resultantes en la federación. Para decirlo en términos más técnicos, será cuando la secesión pase a ser una partición.«
Oh, sí. Bardo Fassbender. Uno de los juristas digamos que «comprensivos» con el secesionismo y a los que se agarran como sea. Supongo que Costa se refiere a esta entrevista en Vilaweb: «Si entenem Europa com una federació, canviar una frontera interna no hauria de ser complicat«. La cuestión es que igual soy yo, pero me parece que Costa, al citar a Fassbender, sugiere que este es favorable a la teoría de la «ampliación interna», esa que dice que Cataluña, en caso de secesión, sería automáticamente miembro de la Unión.
Si uno se lee atentamente la entrevista, Fassbender no dice eso. Es más, en un artículo suyo que traducía Vilaweb en noviembre de 2013, leemos: «És cert que, en el cas d’una secessió d’Espanya, Catalunya no romandria «automàticament» a la UE. Mentre que Espanya, malgrat la minva de territori i població, mantindria la seva pertinença a la UE, Catalunya –malgrat la seva condició antiga d’estat propi fins al segle XVIII- seria, en funció del Dret Internacional, un estat nou sense cap mena de lligam contractual amb la UE.’«
Si os leéis el resto del artículo de Fassbender, enuncia una serie de argumentos por los que, en su opinión, en caso de secesión sería razonable no exigir el acceso por la vía ordinaria, sino que habría que tener en cuenta otros factores. Pues muy bien. Pero NO DICE QUE EL ESTADO RESULTANTE DE LA SECESIÓN pertenezca, de manera automática, a la Unión Europea, como sugiere Costa.
4. «Kentucky es el estado número 15, de los Estados Unidos, el primero que nació de la partición de una de las 13 colonias —en concreto Virgínia— que se habían de independizado de Inglaterra unos 16 años antes. Su admisión a la Unión…«. Aaaahhh, que pidió su admisión. Y yo, inocente de mí, creía que había ingresado de forma automática en los Estados Unidos. Pues parece que no, que tuvo que ser admitido por el Congreso de los Estados Unidos. Sorprendente. Por descontado, ya me contaréis qué tiene que ver la separación de Kentucky de Virginia, producida hace más de doscientos años, con la situación actual. Si es que me da igual cómo y de qué manera accedió Kentucky a la condición de Estado y cómo ingresó en los Estados Unidos de América.
Y eso que la Constitución de los USA dice (artículo 4, sección tercera): «El Congreso podrá admitir nuevos Estados a la Unión, pero ningún nuevo Estado podrá formarse o erigirse dentro de los limites de otro Estado, ni un Estado constituirse mediante la reunión de dos o más Estados o partes de Estados, sin el consentimiento de las legislaturas de los Estados en cuestión, así como del Congreso.«
Que yo no sé cómo va eso de la Constitución USA y no entiendo gran cosa de su derecho constitucional. Pero da la impresión de que esa cláusula otorga al Congreso el poder de admitir nuevos Estados. Y que se requería, en caso de ‘secesión’, el consentimiento del parlamento del Estado que sufría la ‘secesión’ y , por descontado, del Congreso USA. O sea, un procedimiento en que se mostraban varios consentimientos y no una DUI.
Y mirad qué suerte tengo. Que me meto en la Biblioteca del Congreso y me encuentro esto: «An act declaring the consent of Congress that a new state be formed within the jurisdiction of the Commonwealth of Virginia, and admitted into this Union, by the name of the state of Kentucky«.
¡Ostras! Si el acta dice que la Legislatura de Virgina consiente que el distrito de Kentucky se constituya como nuevo Estado. Y que los delegados de Kentucky solicitan el ingreso con efecto de 1 de junio de 1792. Y también consta el consentimiento del Congreso (Senado y Cámara de Representantes) de los USA. Buenooooo… Kentucky se parece a Cataluña…
Se parece en nada. Hay que ver la de documentos extraños que me he leído con esto del ‘procés’. El saber no ocupará lugar, pero tiempo quita un rato. [Nota: espero haberme olvidado de esta investigación en un par de días. Mi cerebro es de espacio limitado y esto, la verdad, no me suscita demasiado interés]
5. «La viabilidad de lo que el profesor Neil McCormick (que llegó a ser eurodiputado del Partido Nacional Escocés) popularizó como «ampliación interna» parece que —ahora más que nunca— será la prueba del 9. Si la UE quiere avanzar en la unidad europea, antes o después tendrá que contemplar la partición de un estado miembro. De lo contrario no será nunca una verdadera unión democrática de ciudadanos.«. Otra vez: lo que quiere el autor es que el Derecho y las instituciones se plieguen a sus deseos. Lo de la ampliación interna carece de recorrido fuera de los autores secesionistas. Nadie -o casi nadie- acoge esta tesis.
Lo explicó muy bien Don Gregorio Garzón Clariana hace casi cuatro años:
«En general la successió d’estats, com he dit abans, és complexa i hi ha diverses solucions, però per a aquesta hipòtesi concreta s’ha de dir que la pràctica és gairebé uniforme. I quina és la solució? Doncs, la solució és que l’estat membre que pateix una secessió continua sent membre de l’organització –si no desapareix del tot, aleshores la qüestió ja és una altra hipòtesi que ja no és la secessió, naturalment– i, en canvi, l’estat producte d’aquesta secessió hi ha de demanar l’adhesió seguint els procediments habituals«.
También escribí este ladrillazo en abril de 2014: «El informe nº6 del CATN y las supuestas vías de integración en la Unión Europea«. Hasta tiene recopilación de bibliografía. [Algún enlace no funciona, como los vídeos que enlazan a Gregorio Garzón. Me da pereza arreglarlo, pero es fácil encontrar ‘googleando’ un poco]
6. Casi acabo. Esta se la dejo en bandeja a Álex, tras su último comentario en la anterior entrada: «Unidad y democracia requieren debilitar las fronteras internas y reforzar la condición de ciudadano europeo«.
7. «Construir una UE democrática exige tender hacia una unión federal, y no lo seremos hasta que Catalunya pueda ser como Kentucky.«. Pues nada, tal y como se ha visto en el punto 5: a seguir el procedimiento. Que consiste en obtener el consentimiento del Estado matriz, el acuerdo de los diputados o representantes de la hipotética Cataluña surgida de una secesión legal y obtener el consentimiento de la Unión Europea, tras seguir los cauces legales que sean precisos según la Unión. Ahí es nada. Esta vez no me quejaré ni criticaré, al contrario. Me muestro conforme, hasta con un punto de entusiasmo, por la adhesión al procedimiento, al consentimiento y el abandono de la unilateralidad. Se propone -más o menos- reformar la Constitución, establecer unas reglas decentes para un hipotético referéndum, aceptables para todos, y, además, en caso de lograr la secesión, solicitar a la UE la admisión que es lo que, salvando las enormes distancias de más de doscientos años, hizo Kentucky. Pues no falta nada para que Cataluña sea Kentucky. El objetivo es ambicioso, no lo negaré.
CONCLUSIÓN. Por supuesto que el caso de Kentucky ni tiene que ver ni me interesa, pese a las horas que he invertido en ello. El único interés es el de verificar, como no puede ser de otra manera, que el secesionismo se agarra a los supuestos que sean, por muy inaplicables que resulten y lejanos en el tiempo, forma y modo. Qué más nos da a todos lo que pasara en Kentucky y qué hicieron. Nos da a todos igual, hasta al autor del artículo, y carece de cualquier interés. No sirve de antecedente para nada.
El tema es sacarse argumentos de la chistera uno tras otro: de Eslovenia a Kentucky y de Sebastopol a la Embajada de Ecuador en Londres. Sin ton ni son.
No, Cataluña no es Kentucky.
[Si queréis saber algo más de la ‘Admissions Clause’ de la Constitución USA -hay que tener ganas-, algo sencillo parece que se puede leer aquí. Os lo podéis ahorrar. De verdad.]
EDITO: Escribo rápido y cuando acabo los artículos suele ser tarde. Me olvido fragmentos importantes. Como este comentario de Juan, que me llevó a investigar sobre el «asunto Kentucky»:
«(…) El lema de Kentucky (que conozco bien, porque viví allí varios años) es precisamente “United we stand, divided we fall” (=unidos nos mantenemos en pie, divididos caemos). Si a cualquier americano de Kentucky, que lleva a sus niños a una escuela donde a diario hacen una promesa de lealtad (Pledge Allegiance) le dices que son un ejemplo de secesión, creo que alucinaría en colores.«
A continuación, una imagen obtenida con la ayuda de Google.