El referéndum «imposible», la deslealtad y los olvidados de siempre

Esta noche he seguido con interés el programa de TV3 «30 minuts«, titulado «El referèndum impossible«. Con tan explícito encabezamiento, me eximo de resumir su contenido y así puedo ir directamente a la cuestión global del programa, no sin antes dictar mi valoración: flojísimo.

La imposibilidad del referéndum. El típico discurso victimista del «no nos dejan«, expuesto de manera más o menos explícita. El programa se ha ocupado de explicar -con gran claridad, por cierto- la dificultad de la única vía indiscutible para celebrar un referéndum: la reforma constitucional. Es una lástima que no hayan recordado que el Parlamento de Cataluña nunca ha usado la facultad que tiene otorgada para promover una iniciativa de reforma constitucional (artículos 87.2 y 166 de la Constitución). Es previsible que la mayoría del Congreso de los Diputados rechazara esa reforma, pero el victimismo empieza cuando intentas el referéndum por la vía más inadecuada de todas (el 150.2 de la Constitución; esto se ha tratado en otras entradas y múltiples comentarios) y te «olvidas» voluntariamente de la más adecuada de ellas.

La deslealtad. En la cronología seguida por el programa se han omitido hechos más que relevantes, si de verdad se quiere ser fiel a los hechos y que no tienen poca importancia para contextualizar la «petición» de referéndum. Particularmente, tienen que ver con la deslealtad con la que se ha actuado en todo momento por el secesionismo, tan propenso a crear memoriales de agravios. Por ejemplo:

  • La declaración de soberanía del 23 de enero de 2013, que tenía una clara intención de hacerse valer, en caso de no haber sido impugnada, como fundamento de una soberanía o una legalidad «distinta». Una deslealtad dirigida a autojustificar un referéndum.
  • El 9N2014 se celebró una consulta de corte secesionista, atribuyéndose un papel que sólo le corresponde al Estado, con evidente participación del Govern, y todo ello pese a haber sido suspendida por el Tribunal Constitucional. Una deslealtad absoluta de quien ahora se presenta como víctima.
  • Si las elecciones del 27S2015 eran «plebiscitarias» y los partidarios de la secesión decían que esa pantalla ya la habían pasado, ¿para qué hablar del referéndum otra vez? Menudo programa de TV que se salta el autoplebiscito… autoperdido. Claro, como perdieron su autoplebiscito (inverosímil, lo sé) ahora se tienen que sacar lo de «referéndum imposible«.
  • El 9N2015 se aprueba en el Parlament de Cataluña una Resolución de «inicio» del proceso de secesión. Otra deslealtad, de tamaño incalculable. [Por cierto, ¿alguien sabe qué pasó con las cartas que enviaron a la «Comunidad internacional»? Vaya, que sospecho que nadie ha contestado y eso que han transcurrido seis meses…]

La lista podría ser más larga, pero esto es suficiente. ¿Con ese historial pretenden un referéndum? ¿Y callándoselo en un programa de TV se creen que me olvido?

Los olvidados. En todo este embrollo, tan manipulado por los medios públicos y subvencionados, a mí siguen sin darme respuesta satisfactoria. ¿Qué pasa? ¿Que no se puede defender que la única vía válida es la reforma constitucional mediante el mecanismo agravado de los artículos 167 y 168 CE? Y si creo que la vía del artículo 92 es válida, ¿qué pasa si considero imprescindible una mayoría cualificada para solicitar la celebración del referéndum? ¿Tampoco soy demócrata? Cuando se dice que hay que dar una propuesta o una salida a Cataluña, ¿sólo son catalanes los secesionistas? ¿Son los únicos que tienen voz, los únicos a quienes ofrecer una propuesta (léase referéndum)? Si tomamos como referencia las últimas elecciones autonómicas, la exigencia de «propuesta» sería apoyada por dos millones de un censo de cinco millones y medio. Muy democrático no parece. [Particularmente pobre me ha parecido la intervención de Mercè Barceló, Catedrática de Derecho Constitucional, «justificando» la celebración de un referéndum de secesión porque han salido a la calle dos millones de personas (venga, aceptémosle la cifra, físicamente imposible, pero aceptémosla) a pedirla. Digo yo que hablaba en su condición de secesionista convencida, con la camiseta de su «equipo» puesta, no como Catedrática de Derecho Constitucional]

Y por último.  Si un secesionista tiene el incentivo de la separación con el referéndum, ¿a mí qué incentivo me ofrecen? Ah, sí, helado de postre.

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Raul

Buenos días a todos,

Es genial que describas las deslealtades en las que ha incurrido el Govern, cuando el propio EAC describe en el artículo 3 que las relaciones entre el Govern y el Estado se basan, entre otras cosas, e el principio de lealtad. Artículo 3, no el 240, no; el 3.

Pero todavía mejor, superlativo diria yo, que en la última oración dejes flotando en el aire el beneficio de la independencia para aquellos que no la queremos, el incentivo que recibimos nosotros por parte del secesionismo par aceptar, no ya la independencia, sino el referendum. Por lo visto, para ellos es sagrado, pero para unidades menores a Catalunya no es posible. Como siempre, piden apra ellos lo que niegan al resto. Ridículo.

Juanmari

Tanta deslealtad hace necesaria una derrota pedagógica. Sin concesiones. Ya sé que la labor de los políticos es otra y tienen que dialogar y recomponer y bla bla pero se han quebrado demasiadas cosas y de manera muy brusca. Incluso desde un punto de vista de buena convivencia si no se recupera plenamente la confianza en el Estado de Derecho, en sus normas e instituciones crearemos más problemas de los que pretendemos solucionar. Tristemente, mantener esta opinión se considera fascista.
Los olvidados… moneda de cambio. Hay que hacerse visible en la calle y en todo el espacio público. Por lo visto votar no es suficiente para que le tengan en cuenta a uno.

Juanmari

Queda el referéndum consultivo de independencia, el referéndum vinculante de independencia, el referéndum constitucional de independencia y seguro que alguno me dejo. Cada vez que leo «país millor» me echo a temblar por muchos motivos, el asco es uno, otro es que hay gobernantes dispuestos a fracturar o, al menos tensar, una sociedad por una idea. Sacrificar lo existente, lo posible, por lo ideal. El infantilismo de no saber renunciar, todo el puñetero día hablando de política y no saben ni renunciar un ápice a sus ideas para mantener unida a la sociedad que gobiernan. Lo siento y prometo que es el último artículo de Soroa que referencio en una temporada. Sinceramente pensé que nunca lo iba a extrapolar a Cataluña pero ahora que hablamos de los olvidados, de pueblo catalán igual a secesionistas y de atraer a construir un país millor a ya sabemos quién, viene que ni pintado. Se titula «La identidad maketa» . http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20101018/opinion/identidad-maketa-20101018.html

Juanmari

He abandonado la lectura en el preámbulo. Leer «cultura milenaria» y salirme sarpullidos en el brazo es todo uno.

Juanmari

A lo mejor han usado esta web de google. Una maravilla. No la conocía. https://www.constituteproject.org/search?lang=en

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