Seguro que tenéis bien presente el argumento separatista del déficit fiscal de los 16.000 millones de euros y el expolio y drenaje de recursos que representa para Cataluña. Hasta existe una página web llamada prouespoli.cat, encabezada por ERC, y una presentación de Oriol Junqueras en la que dice: «L’espoli fiscal que patim els catalans ve de molt lluny» («El expolio fiscal que sufrimos los catalanes viene de muy lejos»).
Probablemente, también tendréis presente la movilización en Terres de l’Ebre (manifestación que contó con la presencia de Junqueras, Forcadell, Rull i Mundó), a raíz de la aprobación del Plan Hidrológico del Ebro (PHE). Entre otras cosas que se han dicho, según el President Carles Puigdemont ese plan constituye una amenaza directa ambiental y social ya que, por citar uno de los argumentos esgrimidos, no se respetaría el caudal ecológico mínimo para el Delta del Ebro. Por supuesto, según la ANC el PHE es un ataque frontal a Cataluña, etcétera. [Sabréis, o quizás no, porque la información se suele decantar hacia quien genera ruido y se queja, que hay regantes que no están tan de acuerdo con esas afirmaciones]. Por último, Junts pel Sí dijo que el PP trataba a esa zona del sur de Cataluña como una colonia susceptible de depredación. Un agravio contra todos los catalanes. [En ERC, adelantados a su época, en mayo de 2012 advertían del riesgo de expolio «fluvial» del Ebro]. Para un seguimiento de lo que fue la manifestación en Amposta del pasado mes de febrero de 2016, esta página-hilo de Nació Digital.
Las ideas que se juntan a las legítimas de quejarse de la política del agua, son harto conocidas: el odio de España (aquí focalizado en el PP) a Cataluña, la deliberada voluntad de perjudicar a los catalanes, la política extractiva de recursos de toda clase, etcétera, que sólo se arreglarán con la independencia.
Con estos sólidos cimientos, que cualquier secesionista de orden asume sin rechistar porque «son verdad«, hoy voy a practicar un poco de demagogia, con Junqueras y Puigdemont de apoyo. La demagogia en el uso del expolio y del agravio, convenientemente enfocados.
El otro día leía una crónica en Diari de Girona sobre la toma de posesión de la nueva alcaldesa y me llamó la atención la siguiente frase: «I l’aigua circula pels rius, menys al Ter, que baixa sec per l’espoli barceloní.«. La poca agua que baja por el Ter es algo que genera bastante indiferencia en la ciudad en particular y la provincia en general, salvo en la parte final del río, y aun así tampoco genera demasiada movilización, así que alguien protestando por el expolio barcelonés es infrecuente.
Sigamos. El histórico expolio (recuerdo: escribo desde la demagogia) del Ter y el agravio a los gerundenses es un dato objetivo, del que os ahorraré los detalles, aunque es sencillo encontrar datos por Internet. Si hablamos de un río, la palabra drenaje es adecuada, por no decir extracción de recursos. Esquemáticamente, el asunto consiste en que el área de Barcelona se beneficia de un trasvase de agua del Ter, de tal nivel que en primer lugar se beneficia la región metropolitana (se nos ha arrebatado alrededor del 75% del caudal del río, según se afirma) y los hilillos de agua que quedan se reparten a la parte baja del curso del Ter (a partir del Pasteral), con un caudal absolutamente insuficiente. Primero los de Barcelona y después los de Girona, cuando tendría que ser al revés. ¿Barcelona nos expolia?
Esta demagógica pregunta podría ser tachada de infantil e impropia de alguien que, como yo, se jacta de razonar y argumentar. Estoy de acuerdo. Es agresiva e innecesaria. Estoy de acuerdo. Asegurar el abastecimiento de la región metropolitana de Barcelona es tarea compleja. También estoy de acuerdo. Que en la parte baja del Ter hay razones más que suficientes para el descontento por el ínfimo caudal del río (a veces, tan escaso -y no hace falta que sea época de sequía- que ni siquiera desemboca agua en superficie; id a comprobarlo a la playa de Pals y es probable que lo veáis) es otra verdad indiscutible. Estoy conforme. Podemos introducir todas las variables que queramos en el debate del agua y del río. También de acuerdo. Precisamente, Quim Brugué en su libro «¡Es la política, idiotas!» (por cierto, sólo cuesta 2,37 € en la Tienda Kindle; carezco de relación con el autor, así que no se trata de publicidad patrocinada) detalla la complejidad de la política del agua y los múltiples intereses y puntos de vista que deben compatibilizarse. Así que utilizar la palabra expolio parece un poco fuera de lugar.
¿Fuera de lugar? Estaría de acuerdo si no fuera porque lo del expolio del Ter no lo sostengo yo (es raro que use una palabra de ese tipo salvo que pretenda cerrar una conversación sin tener que argumentar y justificar…), lo dijo Carles Puigdemont en su blog en fecha 13.06.2008: «Demà dissabte a les sis de la tarda comença la manifestació en defensa del Ter que la Plataforma ha convocat a la ciutat de Girona. És important que la gent faci saber que ja n’estem tips, de l’espoli del riu. Ens l’estan matant…» («Mañana sábado a las seis de la tarde comienza la manifestación en defensa del Ter que la Plataforma ha convocado en la ciudad de Girona. Es importante que la gente haga saber que ya estamos hartos del expolio del río. Nos lo están matando«).
También lo dijo Oriol Junqueras según reza nota de prensa de 03.12.2009: «L’espoli documentat del Ter demostra que en anys de sequera es deriva més del 75% del cabal del riu, la qual cosa provoca, evidentment, un gran impacte sobre l’ecosistema, els usos de l’aigua i l’economia regional». («El expolio documentado del Ter demuestra que en años de sequía se deriva más del 75% del caudal del río, la cual cosa provoca, evidentemente, un gran impacto sobre el ecosistema, los usos del agua y la economía regional»)
Hay tanta gente de acuerdo en que el expolio es cierto que la CUP en 2008 decía que «…les comarques gironines pateixen una situació històrica d’espoli hídric…» («…las comarcas gerundenses sufren una situación histórica de expolio hídrico…«). Hasta Duran i Lleida en marzo de 2008: «…mientras el PP vuelve a resucitar el trasvase del Ebro y los integrantes del tripartito en Cataluña continúan con el expolio del río Ter…«. [Recuerdo: estoy usando la palabra expolio como buen demagogo]
Claro, os parecerá que eso fue en 2008-2009, coincidente con la sequía de 2008, y que es antiguo. Afortunadamente, en ERC son perseverantes, y en julio de 2012 decían que la privatización de Aigües Ter-Llobregat «accentuarà encara més l’espoli de l’aigua del riu Ter que està patint des de fa anys» (no hace falta que siga traduciendo, ¿no?). Eso por no olvidar que en febrero de 2013 el Consell Comarcal del Gironès calificó de «expolio» el trasvase del Ter hacia las comarcas de Barcelona. Todo lo cual concuerda, incluso, con unas alegaciones que en 2010 acordó presentar el Consorci Alba-Ter ante la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), donde se decía: «A les comarques gironines el problema del Ter s‟ha viscut com espoli continuat des del moment en que es va decidir en la forma en que es decidien les coses als anys 50 del segle passat…«
Hace apenas un mes, en febrero de 2016, ERC volvió a reclamar que se detenga la agresión sistemática que sufre el río y se reduzca el trasvase del río. Claro que ya no hablan de expolio. Qué curioso. Desaparece la palabra expolio, aunque sí se mantiene lo de sobreexplotación del río, que es un modo racional y argumentativo de oponerse al modo en que se lleva a cabo el trasvase, esencialmente por razones cuantitativas que repercuten cualitativamente en el río. Unos dirán que está sobreexplotado y otros que no tanto (leí que alguien afirmaba que no era el 75%, sino el 48%, pero yo quiero creer a Junqueras y no a quien le contradiga), pero expolio, ¡ay, el expolio! ¿Qué pasa, que ahora ya no existe expolio? ¿Ya no hay drenaje -qué bien le sienta la palabra- sistemático y a conciencia en perjuicio del río y de las actividades agrícolas de la parte final del río? ¿Ya no? No me explico cómo no dicen que el trasvase a Barcelona es un ataque frontal a las comarcas de Girona…
Algo de «expolio» (notad las comillas demagógicas) habrá si hasta el mismo Ayuntamiento de Girona tuitea -a raíz de las quejas de un grupo naturalista bastante activo desde hace tiempo, que pone en duda los datos de caudal que facilita la Generalitat- que «Els primers controls al riu Ter a Girona proven el poc cabal» [«Los primeros controles en el río Ter en Girona prueban el poco caudal»]
Os explico un poco el gráfico: según la Ley de 1959, el caudal mínimo (recalco lo de mínimo) del Ter a su paso por Girona debería ser de 3 m³/s, mientras que el Acuerdo del Govern de la Generalitat de 2006 por el que se aprobaba el Plan sectorial de caudales de mantenimiento de las cuencas internas de Cataluña establecía un caudal de 4,6 m³/s en el mes de marzo (o sea, un caudal superior en más de un 50%). Según el gráfico, el caudal de la Ley de 1959 se incumplió en uno de los primeros quince días de marzo, mientras que el caudal del Acuerdo de Govern (el de la «desconexión» y los valores del nuevo país) se incumplió en 13 de 15 días. Sí, supongo que se puede decir que se trata de un ataque sistemático, en el 86,66% de los días, ¿no?. No sólo eso: por lo visto se prefiere cumplir la ley franquista al Acuerdo democrático. ¿Querrá decir eso que la Generalitat es franquista prefiere acogerse a unos límites más relajados que a un caudal más abundante y exigente para paliar los perjuicios soportados por los de Girona? Escoged respuesta.
Vayamos concluyendo. Si el PHE es un ataque a Cataluña, que sería tratada como una colonia susceptible de depredación, y constituye una amenaza ambiental y social, ¿qué no será el excesivo trasvase de agua a Barcelona? ¿Un expolio, como afirmaban Puigdemont y Junqueras? ¿La opresión de los gerundenses por parte de los barceloneses, que habrían actuado malvadamente durante los últimos 50 años? Una explotación histórica y continuada, de trato colonialista, que todavía no ha sido reparada. Ya que los de Barcelona no habéis pagado nuestra agua, ¿cómo nos vais a compensar? ¿Cómo nuestros dirigentes permiten ese expolio? Catalanes expoliando a otros catalanes, nada menos que los recursos naturales. Solidaridad sí, expolio no. Lo menos que se puede exigir es la secesión…
¿Recordáis que toda Cataluña se haya «volcado» en defensa del Ter? No, ¿verdad? Lo más cercano que tenemos es una reciente moción en el Parlament a instancias de CSQP con este punto: «Donar compliment al pacte del Ter i preveure la substitució progressiva de cabals transvasats del Ter gràcies a les aportacions de nous recursos disponibles en el marc de les inversions que siguin necessàries , que en cap cas haurà de comportar l’aportació de cabals procedents de transvasaments d’altres conques.«. O sea, que si hay que dar cumplimiento al pacto del Ter es porque se incumple, ¿no?
Seguro que apenas un puñado de gironins (o catalans) han interiorizado que el trasvase del agua del Ter a Barcelona constituyen un expolio y agresión al río y a la riqueza de su cauce y de quienes viven a su alrededor. Es decir, un expolio y agresión contra la bona gent gironina. Y eso que Puigdemont o Junqueras lo han considerado un verdadero expolio.
Sin embargo, seguro que existen millares de gironins (o catalans) que han interiorizado que «Lo riu és vida» o «L’Ebre sense cabals és la mort del Delta» y el uso político e instrumental más o menos explícito por parte de quienes he citado en el segundo párrafo. No hace falta realizar una encuesta, ya sabemos cómo se manipula el sentir colectivo.
¿Es el trasvase del Ter a Barcelona un ataque a Girona? ¿Somos una colonia de BCN de la que se extraen recursos sistemáticamente, esquilmando nuestra riqueza y todo lo que amamos? ¿Barcelona oprime a Girona? Cuesta encontrar quien afirme semejantes simplezas, que cuentan con indudable éxito sólo con cambiar Barcelona por Madrid, España o el PP y que son afirmadas sin rubor por personas como Jordi Turull.
Y eso que parece más o menos claro que el caudal del Ter es muy escaso a consecuencia del trasvase (aquí se afirma que se han extraído entre 153 y 206 Hm³ cada año). Tan escaso que su situación es manifiestamente mejorable. Pero de ser manifiestamente mejorable a decir que se trata de ataques contra “tot allò que estimem i pot generar riquesa econòmica i social” (Turull dixit), con la intención de generar agravios y azuzar a la gente con el sentimiento secesionista, hay diferencia.
Sí, ya sabemos que para el separatismo, si nos tienen que expoliar, mejor que sea uno de aquí. Aunque lo mejor es que nadie nos expolie, pero eso les da igual.
En eso consiste el nacionalismo separatista, en diferenciar entre expolios y «expolios«. Si el expolio o la agresión provienen de Madrit o España todo es movilización y agravios por la maldad de sus autores. Si el expolio o ataque son «internos», entonces no pasa nada; y si la palabra se nos puede volver en contra, sustituyámosla por un término racional como sobreexplotación, y simulemos que nunca hemos pronunciado expolio.
Probablemente, lo que sucede es que no existe expolio (acción de Despojar algo o a alguien con violencia o con iniquidad). Probablemente, tampoco existen ataques o agresiones premeditadas. Lo que sí existen son actuaciones, políticas o decisiones manifiestamente mejorables en todos los ámbitos; decisiones que, incluso, pueden haber sido perjudiciales y dañosas. Quizás se llega a la conclusión de que, efectivamente, el trasvase es excesivo y que se ha producido (o se puede producir) una sobreexplotación de los recursos del río que debe ser corregida con urgencia, todo ello con argumentos, razones y medidas para llevarlo a cabo.
Pero claro, cuando se trata de sacudir el espantajo de la secesión de mentirijillas, nada más sencillo que culpar a los de Madrit de opresores, de atacar a Cataluña. Si aplicamos esa misma lógica, los opresores también están en Barcelona, que atacan a los gironins. Puigdemont y Junqueras así lo afirmaban: se estaba despojando a Girona del agua con iniquidad, o sea, con maldad. Típico de los opresores. Me juego el blog a que ya no hay expolio (incluso no lo habrán dicho nunca), que lo están haciendo requetebién y que está todo solucionado. Todo demagogia del expolio y del agravio.
Nota final. Por cierto, esto de usar el agua para los intereses territoriales o identitarios (sea cuales sean y vengan de donde vengan) está más que visto y estudiado. Por ejemplo, en este artículo de Ignasi Aldomà-Buixadé, del que destaco las siguientes conclusiones, de las que el lector podrá obtener fácilmente una composición de lo que hacen los Puigdemont, Junqueras y Turull de turno:
«4. Mentre les confrontacions d’interessos entre els diferents col·lectius d’usuaris resulten políticament força gestionables, exploten i es compliquen quan prenen una dimensió territorial. La reivindicació territorial amplia socialment i projecta políticament les posicions que poden tenir els col·lectius ecologistes i afins o els productivistes oposats. Això té una raó de ser deguda al desenvolupament potencial associat a l’aigua i els greuges associats amb temes de desenvolupament d’àmbit supralocal; però s’hi immisceixen també aspectes sentimentals i identitaris territorials.
5. La força de les reivindicacions territorials es relaciona amb les xarxes de poder locals i es reforça a través dels mitjans de comunicació, que simplifiquen els debats i donen rellevància als aspectes de confrontació. Mentre el ressò mediàtic porta els posicionaments dels moviments socials al terreny de joc dels partits i les institucions públiques, els quals miren d’obtenir-ne, naturalment, guany de causa a partir de les pròpies regles de joc.«
Y ahora, sigan hablando de expolios, de ataques y de agravios. Con toda la demagogia de la que sean capaces, por favor.
Hace 20 años que no voy a Gerona y me está hirviendo la sangre de justa indignación. Es una vergüenza que en Barcelona se duchen todos los días y nuestros niños no tengan arena húmeda para hacer castillos. Es fácil y cómodo dejarse llevar.