Ya sabéis que de vez en cuando me fijo en artículos o entrevistas de quinta fila, entendidos como de personas que no tienen una especial relevancia pública -eso no impide que puedan ser personas con un nivel intelectual de primera-, y que a mi entender exteriorizan pensamientos o ideas insertas en una buena parte del secesionismo, aunque normalmente no se formulan explícitamente por el rechazo que comportarían.
Suele ser suficiente acudir a Vilaweb, Nació Digital o Mon.cat, entre otros medios digitales subvencionados, para encontrar alguna de estas perlas.
Hoy es el turno del artículo publicado en Vilaweb el sábado 16 de enero con el título «El cens és la clau«, el cual aparecía en la portada o página inicial del digital, firmado por Eugeni Casanova. El primer párrafo de su artículo releva de cualquier presentación:
«No és cert que els vots independentistes siguin un 48% i que, per tant, no n’hi hagi prou per saltar la paret, tal com reiteren moltes veus interessades i algunes de resignades. O millor dit, és cert únicament en eleccions fetes amb el cens espanyol. Cal recordar que qui vota no són els catalans, que no tenen cap reconeixement jurídic, sinó els espanyols empadronats a Catalunya. Això és clau si anem a un referèndum constitucional.«
Digo, y reitero, que la mayor parte del secesionismo contiene un sentimiento con el que se puede estar o no de acuerdo, pero de buena fe. Y también digo, y reitero, que una minoritaria, pero más que significativa, parte del secesionismo rezuma un sentimiento de exclusión frente al que consideran «distinto«, que en este caso tiene una base étnica y xenófoba (y mirad que me cuesta escribir estas dos palabras). Pura extrema derecha, eso que supuestamente no existe entre el separatismo. Lo cierto es que no existe (o es tan testimonial que es prácticamente indetectable) en indumentarias o simbolismos. En cambio, sí que existe de pensamiento. ¿Alguien lo duda, con párrafos como el reproducido?
Por cierto, recuerdo: el artículo es publicado en Vilaweb, no en un blog personal.
El autor confirma el corte xenófobo del artículo cuando se queja de que un asturiano que «sólo» lleva siete meses viviendo en Cataluña pudo votar en las elecciones del 27S, de unos colombianos llegados en 2012 que también pudieron votar con su DNI español o de un amigo (catalán) que vive en La Coruña y no pudo votar porque, qué cosas, está empadronado en ese municipio gallego. Obviemos si las referencias son ciertas o no, porque el contenido es muy claro (bueno, claro, salvo si exiges literalidad en las palabras; ya sabéis de los problemas de comentario de texto que tiene el separatismo): es intolerable que puedan votar los «no catalanes».
La parte cómica del artículo la leemos cuando el autor afirma que cuestiones como esta no se han planteado antes para evitar acusaciones de sectarios, xenófobos o etnicistas.
El conjunto del artículo es todo un dechado de virtudes, como citar el «ejemplo» de Letonia y sus no-ciudadanos, que es algo como muy progresista e inclusivo, el referéndum de Montenegro o el hasta ahora irresoluble problema del Sáhara Occidental. Y se cierra con un último párrafo con alguna frase digna de pasar a la posteridad.
Conclusión. No es cuestión de rasgarse las vestiduras por un artículo xenófobo en un digital generosamente subvencionado, que «simplemente» propugna una distinción entre catalanes y no catalanes. Ya sé que si este artículo (o similar) salta a mayor publicidad, se dirá que es un simple artículo y no más; se disculpará, como siempre (en cambio, todos sabemos que un taxista madrileño que sintonice la COPE, maleducado y con prejuicios, representa a TODA España). Sólo es cuestión de reiterar que existe una parte significativa (imposible de cifrar, por supuesto, aunque por este blog han pasado ya bastantes ejemplos) del separatismo que abraza fanáticamente los postulados nacionalistas más extremos. Y a nadie le extraña. Porque es normal. Porque lo dice uno «de los suyos». Ese nacionalismo. Esa extrema derecha que a veces expresa lo que piensa.
Basura xenófoba. Por cierto, soy vasco y llevo oyendo la leyenda del taxista maleducado de Madrid que odia a los vascos desde hace años. Unos 30.
Sobre la nacionalidad en Letonia sé que el Parlamento Europeo tenía una propuesta de resolución de cuando se trató el tema de la venta de la nacionalidad de la UE en Malta a primeros de 2014. http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+MOTION+B7-2014-0028+0+DOC+XML+V0//ES
El punto 6 dice : Lamenta que varios Estados miembros aún no hayan concedido la nacionalidad o el derecho al voto a personas que llegaron antes de 1991 y a sus descendientes (en el caso de Letonia, el 15 % de la población), o concedido el derecho al voto a nacionales de terceros países que residen legalmente en su territorio;
Creo que hace poco han apercibido a Malta por el tema pero ando perdido con Letonia.