Es muy habitual que escriba una entrada y, a continuación, se publique o suceda algo que corrobore mis tesis. Hoy es otro de esos días. Como, intelectualmente, el asunto es de escaso interés, voy directo al asunto.
El intelectual del día es Manuel Cuyàs, en ELPUNT. Para quien no lo sepa, a Cuyàs nos lo encontramos como tertuliano por tierra, mar, aire y hasta en el espacio sideral. Escribe un articulillo complaciente con Puigdemont («Puigdemont al Romea«) y después del consabido blablabla, la perla intelectual: «Em fa molt l’efecte que Puigdemont sap coses essencials que per prudència i estratègia no ens explica«. El clásico recurso al «arma secreta«, lo que «no se puede saber«, «confiemos en nuestros amados líderes» y nos quedamos tan anchos. Automáticamente, me viene a la memoria el brillante artículo de Lluís Bassets, «Bala de plata» (publicado hace apenas cuatro días), con estas frases: «El arma secreta tiene una funcionalidad política. Es un instrumento para mantener la cohesión y proseguir el combate cuando la derrota está descontada. Sirve para contener las deserciones y apelar a un último sacrificio cuando ningún sacrificio sirve para nada.«
Para rematarlo, otro intelectual, metido a político, Terricabras. En una entrevista que enlazaba esta mañana, dice cosas como estas:
«Les institucions europees coneixen l‘actitud del govern espanyol i la seva negativa per permetre un referèndum?
Sí. I estan una mica astorats, sorpresos. De moment, encara no diuen res. Perquè posar-se amb un estat és sempre delicat i, per tant, són molt prudents. Però quan arribi el moment, hauran de prendre partit. I ho faran a favor de la celebració d’un referèndum.
I quan arribarà aquest moment?
Quan es convoqui el referèndum a Catalunya i la cosa vagi de veritat. Perquè ara encara no hi ha data ni condicions.»