Esta mañana, Quirze apuntaba en los comentarios el cristalino artículo de Josep Maria Castellà Andreu: «Los referendos y la Comisión de Venecia«, a cuya lectura remito a cualquier interesado. Huelga decir -y de ahí, entre otros motivos, la relativa baja actividad del blog- que los puntos descritos por Castellà han sido estudiados, comentados, analizados y recomentados de nuevo hasta la reiteración más absoluta. Es innecesario volver sobre el asunto. Incluso, casi sobran los comentarios porque suscribo el artículo, entre otras razones porque Castellà sabe del asunto unas cuantas toneladas más que yo.
Si acaso, destaco este párrafo: «Así, en un referéndum se secesión se exigiría un elevado nivel de transparencia e inclusión en su organización; la negociación y el acuerdo entre los diversos partidos, incluyendo los de la oposición; y un quórum de participación y/o de votos favorables, lo que excepciona la regla general de no exigirlos para los referendos ordinarios. Según la Comisión, resulta apropiado exigir una mayoría clara en un referéndum de independencia, tal y como reclamó la Corte Suprema de Canadá en 1998, porque en un orden constitucional la democracia significa más que la regla de la mayoría.«.
Una de las «polémicas» que ha rodeado alguna de mis últimas entradas ha sido, justamente, sobre el asunto de las mayorías, que parece que me invento o que me lo saco de la manga, como argumento típicamente «unionista» (de paso, aprovecho para reírme de la etiqueta, conceptualmente pobre y, con relación al blog en su conjunto, pobrísima). Una vez más, y al artículo de Castellà me remito, parece que no me lo invento. Y no porque sea más listo que los demás, sino porque, si uno se documenta, llega a la conclusión de que la mayoría de quienes escriben sobre el asunto de la secesión se decantan por exigir un indiscutible elemento cualitativo. Si eres partidario de la mayoría simple, perfecto, bravo; pero, a continuación, deberás meter a la Corte canadiense o a la Comisión de Venecia entre los «unionistas». Supongo que, así, se entiende mejor la pobreza de la etiqueta «unionista».
Ahora, la noticia que no olvido. La que documenta, una vez más, cómo se construye la fantasía secesionista. Es de hace un año y fue objeto de una breve entrada del blog (tan breve que, cosa extraña, sólo tiene tres comentarios), titulada «Jordi Domingo y la Comisión de Venecia«. En la entrevista, publicada originalmente en Elmon.cat, se leía el siguiente titular:
La cuestión es: a la vista del artículo de Josep Maria Castellà, ¿alguien puede creerse de verdad que la «Constitución» catalana pudo interesar alguna vez a la Comisión de Venecia?
Pero, como siempre en el blog, VAMOS MÁS ALLÁ. Lo que explicaré, una vez más, es pura casualidad. Un enlace roto a Elmon me ha «obligado» a buscar. Y, como siempre, encuentro cosas raras, producto de que tantos años de trabajo le dan al blog un contenido que ahora se revela más valioso de lo que uno mismo pueda pensar. Hasta lo más nimio tiene su importancia.
Si os molestáis en comprobar todo lo que escribo, y sé que más de uno lo hace a conciencia, puede que hayáis seguido el siguiente proceso lógico:
- Consulta a mi entrada de 29/05/2016 sobre Jordi Domingo y la Comisión de Venecia.
- Al leerla, clicáis el enlace a la entrevista en Elmon, que se publicó el 28 de mayo de 2016, firmada por el periodista de ese diario, Bernat Vilaró. Podéis comprobarlo en Twitter. El enlace url es (era): http://www.mon.cat/cat/notices/2016/05/constituim_163974.php . Este enlace ya no es válido, está roto, y redirige a la página inicial de Elmon (clicando en el enlace del tuit de Elmon, pasa lo mismo y te redirige a la página inicial). He probado con algunos enlaces de elmon, desperdigados por el blog, tanto en entradas como comentarios; ninguno de ellos está roto. No voy a pensar mal… todavía. (edito: después de revisar, creo que tiene que ver con el paso del dominio mon.cat a elmon.cat; aun así, ello no justifica lo que explicaré)
- Después de buscar un poco, encuentro la entrevista a Domingo en esta dirección url de Elmon.cat, también fechada a 28 de mayo de 2016: http://elmon.cat/noticia/163974/constituim_163974 (bajo dominio elmon.cat)
- El titular de esta segunda dirección, es el mismo que el de mi captura: «Constituïm: «La Constitució catalana interessa a la Comissió de Venècia»«
- En mi entrada de 29/05/2016, reproduje los siguientes pasajes de la entrevista:“(…) Per exemple, des de la Comissió de Venècia s’han posat en contacte amb Constituïm. Aquesta Comissió supervisa a nivell de la Unió Europea les constitucions europees. No ha sigut la Comissió de Venècia oficialment, però sí que ens ha trucat un membre seu. I viatjarà a Barcelona per reunir-se amb nosaltres entre el 7 i el 10 de juny perquè li entreguem el text. Ens deia que estava molt interessat en discutir-lo amb nosaltres.I ho fa en nom de la Comissió de Venècia?
És un membre de la Comissió, però potser no ho fa en nom de la Comissió. No es poden pronunciar respecte el procés català fins que els catalans fem l’últim pas. No es mullaran per després quedar-se en evidència, en cas que els catalans no siguem capaços de fer el que hem de fer. Una Comissió com aquesta no es mullarà per ningú.“ - Bien. Ahora, por favor, BUSCAD ESOS PASAJES en el enlace «actual» de la entrevista. Repito la dirección «actual»: http://elmon.cat/noticia/163974/constituim_163974
- Si tenéis el mismo navegador «enemigo del referéndum» que yo, esos pasajes NO OS VAN A SALIR.
- Si tenéis un navegador ultrademócrata, TAMPOCO OS VAN A SALIR.
- Buscad la palabra «Venècia» (en Chrome, CTRL+F), a ver cuántas veces os la repite. A mí, sólo una. Al resto de la humanidad, también sólo una. En el titular. No en el texto de la entrevista.
- Dios mío. Dicen que lo digital dura toda la vida y en Elmon pierden unos pasajes (como veremos, más de media entrevista) cuya realidad, en los términos expresados por el entrevistado, es cuestionable.
CONCLUSIÓN. Parece ser que en algún momento indeterminado de la Historia, los pasajes que reproduje en mi entrada de 29/05/2016 (y fue casualidad, porque ya sabéis que a veces reproduzco pasajes, o a veces enlazo directamente a la noticia) se borraron solos de la entrevista, que además cambió de dirección. Qué mala pata tiene el secesionismo: un día, alguien se equivoca al publicar correos electrónicos de contacto o de registro de webs; otro día, a alguien se le caen unos párrafos sobre Venecia que hace un año ya no nos creíamos.
En realidad, a Elmon.cat «se le borra» más de la mitad de la entrevista, que hacía referencia al «Interés mundial» que habría suscitado el borrador de «Constitución» catalana. Si consultáis entera la entrevista en Wayback Machine, aquí sí que leeréis la palabra «Venècia» y quedaréis persuadidos del nivel cósmico al que llegó el asunto.
Es una suerte que no haya olvidado la entrevista a Jordi Domingo, probablemente porque no me creí nada. Si además verifico -reitero: pura casualidad- que más de media entrevista fue eliminada «por accidente» (cosa que no dudo, en absoluto), la pregunta ya no es si alguien se cree que la Comisión de Venecia se interesó por el borrador de un texto que debe estar criando malvas. La pregunta acertada es: ¿existe algo de verdad en el circo secesionista?