No es que haya que ser muy sagaz ni avisado. La última rumorología (fijaos que he titulado secesionista, no separatista) indica que las urnas están ya por los lugares designados para llevar a cabo la suma de apoyos separatistas. Obviamente, desconozco si físicamente están dentro en todos esos sitios, si están escondidas o si las guardan en su casa de forma separada algunos o muchos colaboradores. Es de suponer que en algunos sitios sí, en otros, yo qué sé.
Remarco que se trata de rumores, no informaciones confirmadas con fuentes identificadas: conversaciones cazadas al vuelo de personas indiscretas, de las que no se puede confirmar más que el débil origen del rumor.
Por otra parte, las noticias que se publican, confirman en parte esos rumores o, si se quiere, especulaciones mías: que si la «comunidad educativa» está inquieta y Puigdemont los «tranquiliza»; que si se plantean dormir y encerrarse en algunos sitios desde el viernes por la noche (o sea, que sería en ese momento cuando empezaría el traslado del material, cosa que se ve de una hora lejos) o incluso antes, con niños incluidos, se supone que para asegurarse de que nadie pueda entrar a retirar el material que, quizás, ya esté dentro. ¿Es esto lo que pasa? Puede que sí, puede que quien sabe. Rumores.
Conforme se acerca el domingo me pregunto: Y todo esto ¿Para que va a servir?
Ayer sugerían en una emisora de radio de Madrid que el sábado habría sorpresas, del estilo de incautación de urnas en sus escondrijos. Sin duda, sería la mejor solución para evitar la intervención policial el domingo. Si no fuera así, dejaría en bastante mal lugar las capacidades del CNI y los CFSE. A ver…