Buscando imágenes de la «concentración» del Véneto a favor de la secesión de Cataluña, en la que eran una veintena, me he topado con este tuit.

Según el tuitero, se correspondía con una manifestación de Societat Civil Catalana, como se aprecia en la siguiente captura.

Me ha sorprendido el lema y que la «manifestación» bajara por lo que me parece identificar como la Via Laietana (tampoco estoy del todo seguro), además de no ver a personas que habitualmente participan en los actos de SCC. He pensado: «a ver si se trata de unas fotos verdaderas, asociadas con un acto falso«. Bingo, por supuesto.

La manifestación cuya convocatoria para el 26 de febrero anunciaba ese cartel, fue trasladada al 19 de marzo, como explicaba la noticia de El Món que aquí enlazo. A continuación, el cartel de la nueva convocatoria.

Verificado, pues, que las fotos no se corresponden con una manifestación de SCC, he puesto en conocimiento del autor del tuit, de manera harto prudente y cautelosa, su posible error.

La respuesta que he recibido.

Yo qué sé. A saber quiénes son. Bien. Buena respuesta. Ahí se ha acabado el intercambio porque yo, en mi buena fe, he pensado: «Venga, es un error sin malicia«. Cualquiera se puede equivocar. Lo he dicho y repetido un millón de veces. Y creo que el tuitero ha cometido un simple error y ya está. Claro que si te equivocas, borras el tuit o rectificas o avisas o dices algo para aclarar que es una equivocación. Pues no. A seguir disfrutando cuando el móvil te avisa de un RT más. Concretamente, 63 desde que he realizado la primera captura de pantalla.

Al menos, el tuitero en cuestión me ha contestado, no como este otro que ni se ha dignado.

Evidentemente, nadie ha rectificado. Y, mientras tanto, ya tenemos a una parte del separatismo mediático haciendo RT. No saco capturas para no aburrir y porque no es el asunto.

CONCLUSIÓN. El asunto es que personas que supongo que en el cara a cara particular serán de lo más ilustrada, correcta y honesta prefieren seguir difundiendo unas fotos asociadas a una manifestación inexistente, pese a haberles advertido de su error. Bolas falsas que no paran. Deliberadamente. Qué pena y qué lástima.