Hoy leo una «carta» publicada en La Vanguardia, escrita por Artur Mas. Supuestamente, con la altura y grandeza que corresponde a la dignidad que ocupó en el pasado. Cuando un político que ha ocupado tan altos cargos redacta un artículo serio y cita a Groucho Marx, pierde toda credibilidad. Groucho fue una persona lúcida, brillante y genial. Provocador desde el mismo instante en que aparecía en pantalla. Y todos sabemos que hacer referencia a él es sinónimo de voluntad de ridiculizar al oponente. Como dice el mismo Artur Mas en la carta, en sentido inverso al que dice pretender, lo que hace es: «…dinamitar los puentes de diálogo…«. Si la apuesta para abrir un diálogo pasa por Groucho Marx (de quien aquí se han mostrado fotos de la inolvidable escena de ‘la parte contratante de la primera parte,etc’), poco diálogo quieres.
El texto, a mi entender, refleja pocas dudas sobre la ínfima voluntad de diálogo: «Esta carta al futuro gobierno español parte de dos premisas: la primera, un gobierno del PP con el apoyo de Ciudadanos y del PSOE difícilmente negociará un referéndum sobre la independencia, a pesar de la voluntad catalana de hacerlo. La segunda, el Gobierno catalán y la mayoría soberanista parlamentaria tienen que seguir cumpliendo el mandato recibido hace un año en las urnas para preparar la construcción de un Estado para Catalunya.«
Un diálogo que tiene como punto de partida inamovible la celebración del referéndum y que, en caso contrario, el Parlament construirá (lo de ‘preparar’ es un pequeño circunloquio) un Estado, acredita que no se desea diálogo.
En los artículos firmados en Teoría y Realidad Constitucional de Alberto López Basaguren, José Tudela Aranda (si tenéis moral y paciencia, lo recomiendo muy vivamente, por escoger sólo uno) o Víctor Ferreres Comella, estos constitucionalistas concluyen -resumo mucho- que en nuestro ordenamiento jurídico no cabe un referéndum de secesión, ni el derecho a decidir, ni la autodeterminación, ni nada de nada. Ahora bien, de una forma u otra, todos ellos concluyen que si se dan las circunstancias que aconsejan o hacen evidente la necesidad de examinar la demanda de secesión, debe hacerse. Ninguno de ellos es complaciente, flexible o comprensivo, en el sentido de que inmediatamente deba ser atendida esa demanda y mucho menos abogan por soluciones como juridificar la secesión.
Al contrario: todos ellos son exigentes, eso que el secesionismo no es -y aquí sí que es verdad que la absoluta inacción se lo ha puesto fácil-, mostrando que para llegar a un hipotético referéndum, o el mecanismo pertinente, tendrían que aportar muestras y pruebas indudables al respecto. Por poner un ejemplo simple: Ferreres explica que en las elecciones del 27S reportaron a las fuerzas separatistas un 47,8% de los votos, mientras que en las generales bajaron hasta el 31%. ¿Eso es muestra de una fuerza constante y duradera de la demanda separatista? El secesionismo al uso suele poner como excusa que «se vota distinto» o que «no existe el mismo interés». Es una forma muy extraña de demostrar la voluntad secesionista, sí.
Volvamos. La cuestión, pues, no es referéndum sí o no. La cuestión radicaría en determinar si se dan circunstancias no coyunturales que pudieran justificar un referéndum. Las vueltas atrás del separatismo sobre la cuestión demuestran que no: ¿cómo se pacta un referéndum con quien hace un año decía nous avons gagné?
Artur Mas, y todo el separatismo, hace supuesto de la cuestión: da como innegociable e inamovible la celebración de un referéndum cuya convocatoria ha decidido. Por mucho que se diga, no hay voluntad de diálogo.
Por último, y a la luz de estas reflexiones que otras veces he repetido, una consideración que también se destaca en alguno de los artículos citados y otros que he leído: la ausencia de una respuesta conveniente y adecuada por quien corresponde. Y no necesariamente pasa por el referéndum (reitero: no), ni una reforma constitucional (necesaria, como conviene la práctica totalidad de expertos) cuyo objetivo simplemente fuera una estrategia del contentamiento. Temo que ese «quien corresponde» tampoco lee Teoría y Realidad Constitucional. Quizás ni sabe que existe.
EDITO: Ruego comentarios con relación directa, indirecta o vaga sobre la temática de la entrada. No hay problema si alguien se sale de la temática (hasta yo lo hago), pero después se generan comentarios y discusiones que desvirtúan la conversación general. Dicho queda.
A la luz de la carta de Mas, y su superdialogante ‘o referendum o me llevo el balón a casa’, todavía me resulta más banal el artículo de Joan Oliver, con su propuesta, como decía Juanmari, nada multilateral, de un federalismo asimétrico diseñado a la medida del nacionalismo vasco y catalán…
Pues a mí me parece que la frase de Groucho es muy relevante, para describir el Procés, quiero decir.
Resulta muy gracioso (aquí sí viene al caso Groucho) que Mas califique de «esperpento» la situación actual del Gobierno, cuando la situación vivida por él en su intento fracasado lo supera de lejos (si no en tiempo, sí en todo lo demás), con el papel decisorio de los antisistemas en la formación del Govern (contradicción más que esperpéntica), la famosa votación al 50% milimétrico, el disparate del recurso al «último de la fila» como President, etc., etc.
Los separatistas tienen una concepción muy peculiar del referendo. Si lo hubiese y lo perdiesen, no pasa nada…se deja pasar unos añitos y se vuelve a convocar otro referendo…que lo vuelven a perder, pues nada, paciencia y pasados otros añitos, pues otro referendo y si lo ganan, ni que sea por los pelos, entonces será el único válido y ya no habrá más referendos. Toda una concepción de la alta «calidad democrática» que caracteriza al separatismo.
Siguiendo con el federalismo a la carta… Realmente me debato entre el pragmatismo y la dignidad. Quiero decir, asumiendo que dicha asimetria resolviese el problema del secesionismo, que es mucho suponer, y pensando en que, aún con esta diferencia, presentase más ventajas -digamos crematisticas- que la secesión de una parte del territorio, me resulta incómodo asumir un país en el que dos de las zonas más ricas se arrogan un régimen especial para contentar a un porcentaje de su población desafectado con la idea común. No sé, Lliure hablaba de ordinalidad, pero el ‘concierto vasco’ no parece tener este efecto ordenador, sino más bien plantear un marco donde dos regiones comen aparte, exacerbando diferencias difícilmente admisibles para aquellos que no han sabido, como los de Bilbao, nacer donde más les convenía. En fin, im just saying…
Las cartas de Mas. ¿Recordáis esta? http://elpais.com/elpais/2015/09/05/opinion/1441473386_212454.html
Él no.
Por otra parte, la supuesta cita de Groucho Marx que aparece en la carta de Mas («Politics is the art of looking for trouble, finding it everywhere,
diagnosing it wrongly, and applying unsuitable remedies») tiene toda, toda la apariencia de ser falsa, para mí no tiene nada de «grouchiana».
Aunque no tengo una prueba definitiva, una rápida búsqueda en Google sugiere que el autor de dicha frase es en realidad el político y escritor británico Ernest Benn (1875-1954):
http://listserv.linguistlist.org/pipermail/ads-l/2006-June/060367.html
https://en.wikipedia.org/wiki/Ernest_Benn
http://www.barrypopik.com/index.php/new_york_city/entry/politics_is_the_art_of_looking_for_trouble
¡Saludos y felicidades por el blog!
Pues sobre la carta de Mas: tiene sencillamente un morro que se lo pisa… y eso que empieza muy bien la negociación, desacreditando a su interlocutor, señalando la paja en el ojo ajeno y sacando pecho por lo propio, como mandan los cánones de la más elemental empatia. Luego prosigue por ese sendero haciendo un diagnóstico del problema en que atribuye toda la responsabilidad por la falta de acuerdos a los de fuera (cero autocrítica), y termina apuntando el resultado final de la negociación: un referéndum, que es lo que él quería, y si no, pues me llevo el balon. Vamos, de manual de mediación…
Si no fuese porque este género epistolar al que ya nos está acostumbrando Más es claramente para consumo interno, y el supuesto propósito, así como el interlocutor, un brutal McGuffin, pensaría directamente que nos está vacilando y no persigue abrir ningún dialogo…
Yo voy a partir una lanza por Rajoy y la falta de respuesta que le imputás, Javier. Creo que justamente la inacción marianiana ha tenido un efecto devastador sobre el independentismo. Ya rebajaron sus aspiraciones de una DUI a «negociar» un referéndum, y eso sin que el Estado retrocediera un ápice de su posición. Si Rajoy se hubiera arredrado ante la Vía Catalana o el 9-N y hubiera empezado a negociar, hoy ya habría concesiones que serían irreversibles, mientras que como fue la cosa el Gobierno mantuvo todas sus cartas en la mano. Y el tiempo está jugando a favor del Estado, ya que pasan los meses estipulados hasta Ítaca y no se ve por ningún lado el apoyo externo sin el cual ningún líder catalán va a osar dar pasos irreversibles.
Para explicitar la relación entre lo que antecede y la temática de la entrada, la mejor respuesta a la anterior carta de Mas fue no hacer nada; y la mejor respuesta a esta carta de ahora también va a ser no hacer nada. Cuando el Gobierno de España negocie, porque estoy de acuerdo en que va a tener que negociar, tendrá que ser con gente razonable, no con aquella que perdió el oremus y, para más inri, está agarrada de los pelos del trasero por los antisistema.
Yo tengo otra sensación respecto al, por así decirlo, ‘marketing unionista’ y su posición relativa en el escenario politico. Mi impresión es que la incomparecencia, pasotismo o torpeza de la clase política partidària de la unión ha provocado una reacción a nivel bastante individualizado alucinante, y que en tiempo absolutamente récord la gente que no comulga con la secesión ha acumulado un repertorio rico y bien articulado para combatir el monorelato del nacionalismo catalán, dando la vuelta a la tortilla. Resumiendo mucho la situación, se ha pasado de 0 a 100 en mitad del proceso; y si antes el unionista era una especia de punchingball recreativo, que hasta prefería recibir antes que quedar como un aguafiestas, ahora se defiende que da gusto. Este sentimiento no está todavía cuajado en discurso parlamentario, en particular por la izquierda politica. Pero existe, y va echando raices. A partir de aquí, y dada la brutal presión a la que los comunes están siendo sometidos por el independentismo más intolerante, y la desintegración que se ha autoinflingido el PSC, en su incapacidad para creer en nada, y en nada reconocerse, no descarto que algún dia les dé tambien por acusar recibo de esta dinámica, se sacudan el complejo eterno del eterno franquismo, se pispen de una vez de que el soberanismo no es más democrático per se que el unionismo, ni un estado cortado por el patrón del nacionalismo catalán más abierto por definición que el actual estado español, ni obviamente una república constituida sobre una de las regiones más ricas para convertir la solidaridad en optativa una propuesta izquierdista. Si eso pasa, es jaque mate definitivo. Y básicamente porque el independentismo, compuesto a base de citas falsas, es en mi opinión lo contrario de lo que nos dicen: una hegemonia con pies de barro.
De los creadores del dret a decidir, llega el dret a desobeir, una producción ghandianaret independiente con Jhon Coma en el papel de conejillo de indias.
http://www.vilaweb.cat/noticies/joan-coma-no-reconeixem-lautoritat-de-cap-tribunal-per-sobre-dels-nostres-drets-fonamentals/
Y terminó por hoy:
http://www.jotdown.es/2016/10/joan-tarda-zapatero-fue-una-gran-oportunidad-perdida/
Realmente le doy gracias a Dios por este autorretrato…
Xavier Rius confirma lo que el sentido común dicta:
«La coordinadora general del PDECAT, Marta Pascal, ha sortit aquest dilluns en roda de premsa i ha dit que “direm no a Rajoy però seguirem sent els abanderats del diàleg”. És una trola com una catedral. Diàleg? Ara demanen diàleg?. Sobre què? Perquè si fa quatre anys que vas dient que marxem sobre què vols negociar?. Si dius marxem ja has tirat els daus damunt la taula.»
Me gusta el artículo
PROPUESTA DE UNA HOJA DE RUTA INDEPENDENTISTA DEMOCRATICA. (Resúmen).
1.- Referendúm en toda España (Constitución 1978 aprobada por todos los españoles),
con la pregunta : “¿Quiere que en España haya países independientes?”.
Por que País Vasco, Galicia, etc tienen el mismo derecho.
2.- Si la respuesta es positiva, se aprueba la nueva constitución según reglamento.
Se consensúan las modificaciones, se establecen las fórmulas para
acceder a la independencia para todas las Comunidades, en absoluta igualdad.
3.- Se aprueba con una convocatoria democrática de todos los españoles.
4.- Acontinuación, las comunidades que así lo deseen, pueden iniciar
los trámites, legales, democráticos y reconocidos internacionalmente
de los procesos independentistas.
5.- Las propias Autonomías aprobarán sus nuevos Estatutos, según reglamento.
6.- Se realiza un referendum en las comunidades autónomas para refrendar
las modificaciones.
7.- Se realiza declaración solemne de Congreso español de la independencia
de la Autonomía en cuestión.
Racional, democrático, integrador, consensuado, reconocido, etc, etc.
Sin imposiciones. Lo demás es fé política y pragmatismo. Quizás para Septiembre de 2.017
Foro Libre independencia catalunya. El lado oscuro. Saludos.
Buenas tardes Javier, hace tiempo que os sigo con atención y debo decir que cada día disfruto mas con tus artículos y con todos los comentarios sobre ellos. Me hace especial ilusión que opiniones discordantes (Viure lliure, por ejemplo) sean expuestas con educación y respeto. Mi reconocimiento a eso.
En cuanto al fondo del asunto, hace ya tiempo que digo que el secesionismo (con excepciones) no quiere negociar nada, va por el camino del medio destrozando todo lo que pilla y que cualquier solución que pudiera aplicarse será puro contentamiento. Quizás necesitemos coger el toro por los cuernos y aplicar la ley con contundencia. Es muy fuerte pero en muchas ocasiones pienso que nos toman por idiotas.
No lo sé, pero me avergüenzo cada día mas de que estos «personajes» sean compatriotas míos. Què hi farem!!! gracias