La frase que encabeza esta entrada cierra un breve artículo de la directora del diari ARA, que contiene frases para mí pintorescas como «La majoria sobiranista al Parlament és sòlida i té la legitimitat de 72 diputats i el 48% dels vots. No es tracta d’una majoria només sentimental, sinó d’una majoria racional que ha desconnectat del projecte d’Espanya i que ha renunciat a participar en la seva regeneració«. No repetiré… qué rayos, sí, lo repetiré, que para modificar el Estatut de Catalunya es necesario el voto favorable de noventa diputados.
A lo que iba, la frase: «…caldrà que Espanya entengui que té un problema» (hará falta que España entienda que tiene un problema), que sin leer el artículo ya comprenderéis de qué va.
Lo que viene a continuación es sólo una reflexión, de las que cada uno tiene la suya: es necesario que el separatismo se dé cuenta de que está creando un montón de problemas. Y uno esencial y básico: la total ausencia de vinculación o empatía por parte de un importantísimo núcleo al proyecto autoritario (sí, autoritario) que pretende alumbrar la mayoría parlamentaria separatista, a tenor de sus «conclusiones».
Un proyecto cuya vocación nace de la ignorancia de la fuerza de la ley y los Tribunales no me merece respeto alguno. ¿Qué legitimidad tiene un Parlamento que se salta las leyes? (La frase no es mía, la he leído en Twitter). Añado que se salta, incluso, las leyes que han salido directamente de ese Parlamento.
Un proyecto cuya vocación nace de ignorar al resto de conciudadanos que no apoyan la causa separatista, no me merece ni la más mínima conexión cívica. ¿En qué medida cuenta el separatismo con ese núcleo de conciudadanos contrarios a la secesión? En ninguna medida: ni los espera ni los desea. Sí, es urgente y necesario que el separatismo entienda que tiene un gravísimo problema. Y luego tienen el valor de afirmar que no hay división.
Parafraseando a Esther Vera: «No es tracta d’una majoria només sentimental, sinó d’una majoria racional que ha desconnectat del projecte d’Espanya separatista i que ha renunciat a participar en la seva regeneració«.
Continuación. Anoche dejé esta entrada en borrador, ya que no sabía si publicarla o dejar que el paso de los días consumiera todo su sentido. Tenía dudas: ¿era una reacción un tanto visceral? ¿unas reflexiones excesivas? Esta mañana, Vicent Partal, quién si no, ha despejado mis dudas.
Obviemos, como tantas otras veces, la obsesiva tendencia de sacar a pasear a Franco o los tanques («Per dir-ho clar: els tancs no els poden pas traure al carrer, de manera que perden«), lo cual es indicativo de lo poco convincente de sus argumentos, ya que para reforzarlos necesita uno de los espantajos habituales.
Fijémonos en las siguientes dos frases: «Nosaltres tenim la democràcia i prou vots i escons per a aplicar el programa pactat. I ells no tenen prou vots ni, com era tradicional, poden aplicar la força contra el parlament amb la seguretat que així guanyarien la partida«. Me ahorro la crítica, también, a lo de votos y escaños. Es mucho más interesante la nítida distinción entre «nosotros» y «ellos». Supongo que para Partal -y esa visión separatista recogida por Vera en su artículo, desconozco si la autora la asume- estoy en el grupo de «ellos«, que en el contexto particular subyacente del artículo publicado en Vilaweb, y el general del asunto que nos ocupa, es un grupo enfrentado, que no contrapuesto. Esta corriente separatista necesita un enfrentamiento, ya que en la contraposición no goza, ni mucho menos, de apoyo suficiente. [Por cierto, qué rayos, no obviaré la continua asociación de una postura contraria a la secesión, como la mía, con Franco, los tanques y todo lo que se ponga a mano. Para totalitarios, quienes realizan esta constante asociación, indicativa de lo mal que digieren la discrepancia].
A partir de aquí, de nuevo, aparece la palabra división. Y, de nuevo, esa corriente separatista en que se inserta Partal -y el artículo de Vera, etc- no tarda en decir que la gente no se pega por la calle. Hombre, por supuesto. Ya lo he escrito otras veces: vivimos en 2016, no en la Edad de Piedra (bueno, al parecer algunos se han llevado algo más que los buenos días, pero es un asunto aparte a esta entrada).
Conclusión. Hoy leeremos que se trata de un desafío al Estado, al Constitucional, un acto de desobediencia y no sé cuántas cosas más. Siendo todo cierto, se olvida lo esencial: se trata de un acto de desafío contra los catalanes que no deseamos la secesión.
Hola Javier, buenos días,
Interesante entrada. He de admitir que tras leer a unos y a otros, parece que estén buscando que España aplique el muy mencionado artículo 155 de la C.E.
He leído por ahí que piensan imponer toques de atención de hasta 30.000 € o creo que decían de destituir a los 72 ministros de JXS y la CUP. Si ya se han tornado en rebeldía, creo que ni una cosa ni la otra, llegarán a ningún efecto.
Son tiempos que se me hacen difíciles. A raíz de todo esto se ha creado en el resto de España, mucha animadversión contra el pueblo catalán, lo cual me entristece; pero lo que también me entristece es que los catalanes que no quieren independizarse no han hecho que se oiga su voz mediante el voto; o al menos en el resto de España su voz no se oye. 🙁
Permeteu-me insistir: modificar un estatut i un procés d’independència no tenen res a veure i no apliquen les mateixes regles de joc. Ja sé que s’ha convertit en part central de l’argumentari unionista (també teniu mantres, eh? :P) però repetir-ho molt no ho fa més cert. Ja hi he desenvolupat en algun altre comentari, així que no m’allargo més.
I res, em preocupa l’última frase. És molt fàcil donar-li la volta (de fet és que porta fent l’anc tota la vida) però em preocupa el to bel·ligerant… Si això arriba en aquest espai de debat, que és dels més civilitzats, serens i dialogants que visito, la cosa pinta magra. Un altre senyal de que això s’acosta al final.
Ayer cuando oía en el Parlament las auto justificaciones de siempre, que si ‘mandat democràtic’ y ‘majoria del Parlament’ para hacer lo que están haciendo, me entró un cabreo impresionante, están jugando al solitario y haciendo trampas, y repiten las justificaciones como un escudo protector de la salvajada que están haciendo, cuando no engañan a nadie. Pero qué se puede esperar de los que manipulan datos históricos, económicos, culturales y de cualquier otro tipo para justificar lo injustificable, una secesión basada en falsedades.
Tu conclusión define exactamente lo que yo sentía, es un acto contra mí y así lo siento, y ahora qué puedo hacer yo para defenderme, para oponerme, si se saltan sus propias leyes para ignorarme, para hacerme invisible. Aquellos que hablan de salir a la calle a manifestarse en contra. Pero entonces ¿para qué sirven las leyes si al final tengo que salir a la calle para que se cumplan?
Era de esperar que finalmente alguien dijese ‘l’únic risc que assumeixo és complir el mandat democràtic del 27 de setembre, representar la voluntat del poble de Catalunya’. El pueblo representado en la sola persona de Forcadell, sin complejidades ni fisuras ni matices es lo único que faltaba para que Carl Schmitt sonriera en su tumba. La presidenta del Parlament.
Al final sí que «tramaban algo.» No algo muy digno de mención, y justo antes de las vacaciones (la máquina propagandística ya se encenderá de nuevo para el 11S) pero algo era. Victimismo, como siempre. Y la solución creo que sigue siendo la misma, reírse de ellos, el silencio y dejar que se estampen contra el muro. Y si llegan a hacer algo real (que nunca lo hacen) entonces se golpea a los bestia y sin titubeos.
Calentando el veranito con un chichidesafio risible para lubricar la maltrecha moral de Partal y Cía, apuntalada por una oportunisima encuesta CEO que abunda en el mito de la mayoría, la voluntad de un pueblo y el mandato del 27S. Tiene razón Lliure’: ‘esto se acaba’… La única duda que tengo es en que curva exactamente se estampa el independentismo tal y como está formulado en la actualidad, si en la de la imposibilidad de llevar a cabo un prusés constituyente creíble, o con una surtido de multas basta…
Hola, aunque casi nunca comento, os sigo regularmente. Desde mi ignorancia en temas legales y de derecho, no puedo aportar demasiado. Sois vosotros los que me aportáis a mí. No obstante, creo que lo que pasó ayer es de fácil entendimiento, hasta para los profanos en la materia como yo. Efectivamente, como Javier decía estaban tramando algo. Era evidente que algo tenían que hacer. No les queda otro remedio y el grupo Jx3 está compuesto esencialmente por fanáticos. Es una mezcla explosiva.
A parte de por ignorancia, intento no participar en este blog porque, de un tiempo a esta parte, me he vuelto muy visceral con este tema. Evito contaminar vuestro blog. Siento que ya no es posible razonar porque el nacionalismo nace del adoctrinamiento y se difunde mediante mentiras y con altavoces potentes, pagados por todos nosotros. Lo que hemos visto y vivido en estos últimos años muestra que la ideología independentista catalana puede ser legal, pero no es legítima porque utiliza medios ilegítimos (y ahora también ilegales). Permitidme que copie y pegue esta columna de Jaume Reixach en “El Triangle” La defensa de las ideas tiene un límite: la honestidad y la verdad. Cuando se cae en la manipulación y la mentira más grosera, entonces la ideología -la que sea- se convierte en peligrosamente tóxica e intrínsecamente perversa y, por lo tanto, hay que rechazarla y combatirla. Sintiéndolo mucho, tengo que decir que el independentismo catalán ha caído en esta trampa abyecta y ha dejado de merecer mi respeto y mi consideración.
Hace poco oí decir a alguien del PSC (no recuerdo quien era) que no veía TV3 porque se sentía agredido. Yo hace años que no veo ese engendro. Yo también me siento agredido, de la misma manera que me siento agredido cuando oigo a algunos políticos insultar a España y a los españoles. Los separatistas no se dan cuenta que cuando insultan a España insultan a una gran parte de los catalanes. Siempre me he sentido español, sin aspavientos, sin nacionalismo. De forma natural, siendo consciente de cuáles son las virtudes y los defectos de nuestro país. Como catalán no separatista creo que se están vulnerando mis derechos y que no hay nadie ahí para defenderme.