Libertad de opinión, discrepancia e intolerancia

Si hay algo que no traga un secesionista convencido, de los que asumen cualquier postulado de forma acrítica, es la discrepancia. Le da igual de donde venga, el que discrepa es vituperado sin perdón alguno. Todo esto bajo la consabida capa de que se trata de un movimiento alegre, pacífico y festivo. No dudo de que hay centenares de miles de personas que han interiorizado ese mensaje de buena fe, pero soy de los que piensan que no es tan verdad como lo pintan. Lo describe con acierto Josep Quintanas en un artículo de Diari de Girona: «Parlen amb tons dolços i amables, fins que algú els planta cara i, aleshores, emergeixen amb plenitud i força la intransigència -la ràbia, deia el president Mas-, el fanatisme i la intolerància de tot discurs radical i excloent.«

Hay mucho de verdad: un discurso con cierto tono falso, claramente perceptible, en el que se mantiene que es para «todos», pero ¡ay del que osa discrepar!, enseguida le saltan encima. Da igual que se trate, incluso, de alguien favorable a la secesión, como Alfons López Tena. Este señor, que forma parte del secesionismo más hardcore (interpretadlo en todos los sentidos), el otro día fue entrevistado en ctxt. El contenido de lo que dice, y si tiene o no razón, apenas tiene interés salvo por una cosa: expresa su opinión, en la que uno puede estar de acuerdo, no estarlo, discrepar, etcétera. Y mientras no diga sandeces o burradas -y el radicalismo secesionista es pródigo en ello- pues ahí queda. No hace falta descalificar por no estar de acuerdo. Y a eso voy: a la descalificación, que es a donde apunta Quintanas en su artículo. Efectivamente: si discrepas, o no sigues la línea del discurso oficial de la secesión, te expones a la descalificación.

Y eso ha pasado con López Tena, con un ejemplo que ahora expongo. De relevancia menor, como es frecuente, pero muy extendido entre el secesionismo: si no sigues la línea eres del PP, C’s, PSOE o vete tú a saber qué cosa infecta. Es una forma de llamarte facha, franquista, desafecto o cualquier inmundicia. Vaya, una manera de dividir entre buenos y malos desde su visión del mundo.

 Jordi Borràs López TenaNo dudo de que a Alfons López Tena ese tuit le traerá sin cuidado. A mí también, salvo en el reflejo de la intolerancia, la falta de aceptación de una línea discrepante que se traduce en querer descalificar al entrevistado con ese «Tena a un pas de militar a C’s» (desde la perspectiva de amplios sectores secesionistas, decirte que eres del PP o de C’s se percibe como descalificante, un insulto; del PSOE no anda muy lejos). Después, este tipo de personajes, que se cuentan a millares, van de tolerantes, amplios de miras, inclusivos y no sé qué más, y aseguran, ufanos, que no, que esas descalificaciones sólo provienen de «más allá del Ebro«. Pues esto es lo que de verdad se esconde y no pueden contener dentro de sí.