Esta tarde he comprobado que, entre los partidarios de la secesión, cada vez hay menos sonrisas. No están risueños y alegres como antaño. Hasta han perdido el sentido del humor.
Todo viene a raíz de un inocente comentario por mi parte, en una pequeña reunión en que se comentaba la disolución de la Sindicatura Electoral, a raíz de las importantísimas multas que pueden recibir (añado que entre esas personas hay tres a las que conozco personalmente y a ninguna de ellas le deseo el más mínimo mal; claro que cada uno tiene que saber a lo que se expone y asumir las consecuencias). Mi inocente comentario ha sido, con tono entre irónico y un grado más, el siguiente: «¿Y qué más da lo que diga el Constitucional, si el tres de octubre ya seremos independientes?«.
Como apreciará el buen lector del blog, la pregunta estaba cargada de sentido común y es coherente con la Ley del Referéndum y, especialmente, con la Ley de la Transitoriedad Jurídica. Pues bien, pese a esa intachable y sólida lógica interna de la pregunta, he recibido tres miradas-láser de 50 kilotones cada una de ellas que me hubieran desintegrado si no fuera por mi escudo de fuerza socabrrón.
Faltan sonrisas. Así que cuelgo este vídeo para sonreír un poco más. Los de mi cuerda, y siempre que se asuma la línea socabrrona, supongo que lo sabréis apreciar. Los que sí pero no — no pero sí — a mí qué más me da, supongo que tendrá división de opiniones. Y los de la revolución de la falta de humor, seguro que no le verán gracia alguna. Igual serán diez o veinte miradas-láser.
CONCLUSIÓN. Muchas gracias al amable lector que me ha facilitado el vídeo. Y al separatismo, pues nada, unas sonrisas y un poco más de humor.