Tenemos a toda la prensa subvencionada presentando a Puigdemont como el adalid del referéndum. Y están bastante frustrados porque, menuda sorpresa, la respuesta ha sido ignorarlo. O sea: dices que vas a convocar un referéndum en septiembre sí o sí, y esperas además que te reciban para acordar el referéndum que ya has predeterminado.
Pese a todo, para los medios subvencionados Puigdemont muestra unas dotes pactistas incomparables. Nada dicen de deslealtades como el 9N2014 (si era un ‘proceso participativo’, ¿qué conclusiones obtuvieron?, ¿dónde las plasmaron?) o la Resolución 1/XI de 9N2015, de ‘inicio’ del proceso de secesión, aunque ahora mismo la hayan abandonado por completo sin dar la más mínima argumentación.
Pues bien, están ahí, dándolo todo por un referéndum con voluntad supuestamente de pacto, cuando a Quico Sallés (La Vanguardia) le filtran la penúltima deslealtad, consistente en enviar una carta al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y del Consejo de Europa en que se presenta una particularísima versión de los hechos y se da traslado de la Resolución 183/XI, en la que entre otras lindezas se decía:
«3. El Parlament de Catalunya constata:
a) El caràcter antidemocràtic evident de les institucions judicials espanyoles i la vulneració evident dels drets fonamentals i polítics dels catalans mitjançant la persecució dels càrrecs electes.» (3. El Parlamento de Cataluña constata: a) El carácter antidemocrático evidente de las instituciones judiciales españolas y la vulneración evidente de los derechos fundamentales y políticos de los catalanes mediante la persecución de los cargos electos.)
Extraña forma de buscar pactos, aprobando esta clase de resoluciones, para luego ir a quejarse dos meses después a unos organismos que no van a hacer ni caso, y menos si un día se enteran de que ese mismo Parlamento ha abandonado la vía que marcaba la resolución 1/XI de 9 de noviembre de 2015.
Es significativa la filtración a Sallés, porque de esta resolución 183/XI ya no se acordaba nadie. Y casi un mes y medio después de enviar las cartas (de cuyo resultado Quico Sallés no nos informa, ya es mala suerte), coincidiendo con el viaje a Madrid de Puigdemont, le filtran esto al periodista. Qué efecto pretendían exactamente, lo desconozco.
Pactar, seguro que no.
En realidad recurrir a los tribunales europeos, como proponía el periodista descerebrado aquel de VilaWeb, ya lo intentó en su momento Ibarretxe, y así le fue. Nadie compra el discurso de que en un país democrático exista un derecho natural de escindirse cuando un colectivo de personas de alguna región de ese país, que por otro lado gozan de plenos derechos políticos, civiles y culturales, se manifiestan azuzados por sus líderes políticos para pedir la independencia. Todo el mundo entiende que si se abre esa caja de Pandora de aquí a poco vamos a ver a los flamencos, los corsos, los vénetos, los surtiroleses y todo el mundo que tenga alguna queja contra un gobierno central amenazando con referéndums independentistas como una manera de chantajear a los pérfidos Estados que los «oprimen».
Romper un Estado es una cosa muy seria y nadie lo va a facilitar gratuitamente. Los vascos ya lo aprendieron; ahora le toca a Cataluña.
Quejarse de leyes que votaron a favor como la ley fe estabilidad presupuestaria. Por otra parte no sé que pintan los refugiados ni el aborto en la carta.
¡Calumnia que algo queda!.
Aquí los radicales predicando con el ejemplo http://www.vilaweb.cat/noticies/lajuntament-de-badalona-cedeix-i-finalment-no-obrira-el-12-doctubre/
No sé, si fuera independentista empezaría a sospechar. Y la excusa tiene narices.
Lo guardo con mimo para verlo mañana. Espero mucho de este vídeo http://www.vilaweb.cat/noticies/la-pissarreta-den-partal-els-vaixells-russos-a-ceuta/