Como titula la portada de EL PERIÓDICO, el esperpento es lo que mejor define todo lo que está pasando en Cataluña en relación a la investidura o no de Artur Mas.
La decisión que finalmente tome la CUP, sinceramente, me trae un poco sin cuidado porque en todos los casos «gano»: si lo invisten, es lo que se esperaba; si no lo invisten, es un fracaso sin paliativos de Junts pel Sí. Y si el empate impide tomar una decisión, ya es el colmo de los colmos. En realidad, como ha escrito Xavier Rius -uno de los pocos periodistas coherentes (por no decir el único, que sería exagerar) que he leído, y que en más de una ocasión ha manifestado que él está por la secesión, pero no de cualquier manera- la culpa no es de la CUP, la culpa es de Junts pel Sí, que no obtuvo la mayoría absoluta, que fue para lo que se creó.
Dejo a la CUP en paz, que decidan lo que les parezca. Vamos con los «procesistas», de forma breve. El «procesismo» no es tanto una categoría como una forma de entender el prusés: la ÚNICA forma de entenderlo. La suya, que no admite una visión distinta. Hoy se explicita de manera muy evidente en el diari ARA (y en otros, también, pero no tengo ganas de perder demasiado el tiempo). En realidad, lo que voy a transcribir y comentar no es sino una muestra de lo que en verdad es el prusés: una supuesta apariencia de democracia, que en realidad guarda un trasfondo de tintes muy feos que se simulan no ver.
Antes de nada, recordemos el supuesto de hecho: asamblea de la CUP que ha acabado en empate entre investir a Mas y no investir a Mas, para ir a nuevas elecciones. 1515 frente a 1515. No hay decisión. Estamos de acuerdo, ¿no? Y, si hay decisión, la cosa está la mitad para el SÍ y la mitad para el NO, ¿os parece razonable? Si hay otra opinión o aportación, como siempre estoy dispuesto a comentarla o debatirla.
Vamos allá. No voy a hacer análisis completo, sino comentar algunas frases suficientemente significativas dentro del conjunto del artículo.
Artículo de Sebastià Alzamora: «El procés ha tingut una mort ridícula«. Para Alzamora el prusés ha fallecido víctima de «l’escrupolositat assembleària«. Al margen de la bonita discusión sobre las ventajas e inconvenientes de la democracia asamblearia frente a la democracia representativa, uno de los principales problemas del prusés estriba en la ausencia de respeto a las reglas preestablecidas. Qué pena, que los de la CUP han seguido sus propias reglas, supongo que además existentes de hace tiempo (no, por favor, no me exijáis ahora que además me lea sus Estatutos). Se las podían haber saltado, que es lo que propugna el secesionismo. O mejor, sin reglas.
Editorial del diari ARA: «Un empat increïble que allarga l’agonia«. Aquí no es una frase, es un párrafo: «La CUP s’ha donat cinc dies més per trobar una solució. Francament, sembla difícil, amb aquest resultat, mantenir el veto a Mas, perquè és una decisió que abocaria Catalunya a unes noves eleccions i que suposaria donar tota la raó a una de les parts que ahir no es va poder imposar. A més, si alguna cosa va quedar clara ahir és que les eleccions serien més que mai el pitjor escenari de tots, també per als cupaires. Per contra, donar dos vots al procés, com va defensar David Fernàndez en un article a l’ARA, és avui l’única sortida de compromís. Bloquejar la investidura en aquestes circumstàncies equivaldria a deixar perdre tot el capital electoral aconseguit el 27-S.«. A ver, hace un par de párrafos hemos quedado en que no había una decisión, ¿verdad? O que estaban empatados los del SÍ y los del NO. Entonces, ¿cómo se entiende que los de la CUP deban investir a Mas? ¿Valen más los del SÍ? ¿Han ganado los partidarios a la investidura? ¿Los del NO, no cuentan? Parece ser que para el diari ARA el empate se resuelve a favor del SÍ, por razones ignotas. Democracia en «estado puro» (puro para el prusesismo). Para no dar la razón a nadie, ni los del SÍ, ni los del NO, que se abstengan, digo yo, y se quedan todos con el mismo peso.
Lo que decía: el secesionismo vende una aparente democracia, pero en realidad no es así. Las decisiones sólo pueden ser a su favor. La muestra evidente es que hasta los de la CUP ya son enemigos de los «procesistas». Insisto: los de la CUP que hagan lo que les parezca. [aunque, bueno, Baños dijo algo como que no investirían a Mas nunca, nunca, nunca… De verdad, que me da lo mismo]
Conclusión. El problema no es la CUP, el problema es la insuficiente mayoría de la formación de derechas de Junts pel Sí. Y el segundo problema es que, en la tesitura de una repetición de elecciones, el secesionismo teme perder incluso la mayoría absoluta (algo que es imposible de saber y que, por otra parte, queda muy compensado por la infrarrepresentación de la provincia de Barcelona). Un esperpento.
EDITO: Me había olvidado el artículo de Salvador Cardús. Sin comentarios y que cada cual saque sus conclusiones. Para los «nuevos» en el blog, y entender por qué lo incluyo y no comento nada, les recomiendo leer previamente esta entrada.
Esta entrada merecería que recuperaras lo de poner una imagen explicativa con un toque de cachondeo. Las palabras no bastan.