La indigencia moral e intelectual: Sala-i-Martín y Bassas

Esta semana, y a consecuencia del tema de Can Vies en Barcelona, ha proliferado de nuevo -de hecho, es un fenómeno diario, pero se ha manifestado con mayor fuerza- la fijación separatista por atribuir a España cualquier situación que desborda el mundo idílico que adorna el discurso secesionista y todas sus pretendidas bondades.

Como todos sabemos, se han desatado disturbios, con graves destrozos materiales y unas cuantas decenas de detenidos por haber participado, presuntamente, en tales hechos delictivos. Dado que el asunto es muy feo estéticamente (y materialmente), enseguida se pudo leer en Twitter y, en general, por la Red, que se trataba de disturbios generados por el CNI, que el origen venía de fuera y que eso nada tenía que ver con Cataluña y su espíritu pacífico. Por supuesto, tales afirmaciones provenían de personas identificadas con el secesionismo, y eso pese a que, en principio, era obvio que no tenía nada que ver con este tema. Para muchos, y no digo ya si no eres de Barcelona, Can Vies era algo desconocido hasta esta semana (lógico, si se relaciona con colectivos okupas, antisistema, alternativos y otras líneas vitales que para muchos no llaman la atención o se rechazan, aunque esa no es la cuestión), pero los derroteros del asunto que comento empezaron a ir por este lado, para tratar de etiquetar a los causantes y culpables de los destrozos.

Tanto es así, que, como de costumbre, tenemos a relevantes personas posicionadas a favor del separatismo que han mantenido o insinuado de forma directa esa «implicación» del CNI y del Estado, o su relación con el «procés«. Por supuesto, sin pruebas, sin datos y sin un mínimo argumento sólido que diera apoyo a su tesis. Pero la intención es clara: reforzar un estado de opinión antiespañol, en que todo lo que se relacione con lo español es sospechoso o culpable. Veamos a quiénes me refiero y qué han dicho o hecho:

1. Xavier Sala-i-Martín. Este conocido economista, que con cierta frecuencia afirma cosas que no está en disposición de probar, pero intenta invertir la carga de la prueba a fin de que sea el interpelado quien pruebe un hecho negativo (lo cual, en general, es imposible; en el enlace se explica muy bien), lanza un torpedo muy explícito:

sala-i-martin

Traduzco para quien no entienda alguna palabra y le dé pereza usar Google Translate: «Cuando los Mossos identifiquen a los violentos, que informen acerca de dónde vienen. No fuera que, además de policías, ¡alguien esté enviando manifestantes!«.

La referencia es explícita: enviar policías sólo puede tratarse del Gobierno de España, con lo que el origen o atribución de quién enviaría a los manifestantes a destrozar parte del barrio de Sants es también muy clara. De allí a intentar conseguir que se identifique español con violento, delincuente o cualquier connotación negativa no es que vaya un paso, es que es lo que se pretende.

2. Antoni Bassas. Para quien no lo sitúe, Bassas es un periodista conocidísimo en Cataluña, que estuvo al frente del programa matinal de Catalunya Ràdio durante 14 años y que hoy en día mantiene una constante presencia en los medios, en especial a través del diario Ara. Bassas participó en el programa Divendres, de TV3, del pasado 29 de mayo -el jueves, el mismo día que el tuit de Sala-i-Martín- y se despachó en términos muy parecidos a los del economista, como podemos ver y escuchar en este vídeo. Para los que no entiendan bien el catalán, he subtitulado la parte más candente (hay que activar la opción CC en la parte inferior), a partir del minuto 1:06 y hasta el minuto 1:12.

Bassas llega a admitir, al principio, que no tiene ningún elemento para sostener que lo que dice es así. Pero piensa que estos disturbios pueden ser utilizados contra el «proceso», ya que dan una imagen de una Cataluña violenta. Y llega a decir que esto no es casual, aunque no tiene ninguna prueba «de que sea provocado«. Y se queda tan ancho. Pero ya lo ha dicho, ya ha asociado a España -aunque no la nombre, porque todos sabemos de lo que habla, ¿no?- con los disturbios, con la violencia, con su provocación.

Sobre el origen de los detenidos. En realidad, igual da de dónde son o de dónde vienen. Si han cometido actos delictivos, deben ser detenidos. Me da igual si son secesionistas, anarquistas, alternativos o de derechas. Sea cual sea su adscripción ideológica, religiosa, política, nacional o futbolística, si rompen escaparates o destrozan el mobiliario urbano y forman barricadas para crear el caos, las fuerzas del orden deben actuar. Es así. Por desgracia, para Sala-i-Martín y Bassas -y parte de ese magma pueril de las redes- lo importante era que se pudiera determinar su vinculación española, para poder echarle las culpas a España. Evidentemente, y tras por lo menos 61 detenidos, esa vinculación está por ver (y que no me salga alguno con el argumento infantil de que «son muy listos y saben escaparse» o sandeces por el estilo), porque se trata de un fenómeno que sólo tiene algo que ver con la secesión en la imaginación de quien está corrompido en la visión de la realidad de las cosas. ¿Puede haber entre los detenidos personas contrarias a la secesión? Supongo que sí. ¿Y a favor? Imagino que también. O igual no, quizás les da lo mismo. Pero esa no es la cuestión.

Conclusión. Sala-i-Martín y Bassas dan pie a un juego muy peligroso: culpar a alguien de disturbios y, en definitiva, de los males que suceden. Y son explícitos. No hace falta decir la palabra concreta para ser explícito. No sólo eso, sino que culpabilizan sin pruebas, hasta el punto de que el mismo Bassas lo dice en TV3. Eso es indigencia moral e intelectual: a sabiendas de que lo que afirmas no se sostiene por ninguna parte, aun así difundes el mensaje. Por la sencilla razón de que sabes, y eso es lo que pretendes, que hay personas a las que el mensaje de fondo les quedará calado y grabado. Y no se plantearán de forma crítica esos postulados, que ya han sido lanzados para que se digieran en mayor o menor medida. Propaganda penosa.

La prueba que refuerza mi conclusión es el breve artículo de Bassas en el diario Ara, que se titula (traduzco) «Can Vies no admite simplificaciones«. En ese artículo, Bassas dice entre otras cosas: «La simplificación informativa y la bola de nieve de Twitter me han atribuido que sospecho que detrás de la violencia vivida por el desalojo de Can Vies está el Estado. No es eso lo que pienso, sobre todo después de pisar las calles de Sants… (…) Sí afirmo que poner Cataluña y violencia en la misma frase es un objetivo político, con el 11-S y el 9-N a la vista, y que los disturbios pueden ser aprovechados. De momento, Madrid ya ha enviado su policía.«

Bassas pretende negar lo que dijo en TV3. Dice que no lo piensa: sin comentarios al respecto, porque las imágenes y su clarísimo discurso se explican solos. Incluso, lo quiere matizar, pero en realidad el concepto sigue siendo el mismo: acaba con lo de que Madrid ya ha enviado «su» policía. Para variar, no puede evitar introducir el factor de amenaza, peligro y, en general, malevolencia que se atribuye a todo lo español o a «Madrid». La manera más simple y sencilla de evitar cargar con las culpas o de analizar críticamente las cosas: echarle las culpas a «otro». Como digo: indigencia moral e intelectual.

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emperorponders

Muy bueno, y el término indigencia es perfecto, pues en muchas cosas es evidente que ni se molestan en pensar lo que dicen. No es astucia del publicista que piensa una mentira o engaño hasta el último detalle. Es… diarrea mental de tertuliano. Lo que sale en el momento, sale, y ahí se queda.