La foto de un día

La entrada de hoy juega en campo contrario: la hipótesis del referéndum. Al límite de la inconsciencia, voy a aceptar como criterio la mayoría simple. O sea, quien más votos tenga gana. Y sin mínimos de participación.

Claro que pongo condiciones: seriedad. No hacer trampas ni cambiar los términos previamente fijados (por ejemplo: 18 meses «a partir de las elecciones plebiscitarias», reinterpretados como «18 meses a partir de la formación de gobierno» o, mejor aún, «no lo decía ningún programa»).

Un punto más de inconsciencia: voy a dar por buenos los datos de las encuestas del CEO sobre la secesión. En concreto, la pregunta: ¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente? 

Veamos qué pasaría en esta hipótesis de referéndum secesionista, planteado de la manera más favorable posible al separatismo. Nos servirá de referencia el gráfico elaborado por El Periódico, que es mucho más legible y visible que el del CEO. Estos son los resultados desde diciembre de 2014 hasta marzo de 2017.

En el gráfico se registran DIEZ resultados. En NUEVE de ellos, se impone el NO a la secesión, mientras que el a la secesión se impone UNA SOLA VEZ, en concreto en julio de 2016, por una diferencia de 5,3 puntos. Hasta en seis ocasiones consecutivas ganaría el NO, a la séptima va la vencida y gana el SÍ, mientras que en las tres siguientes vuelve a vencer el NO.

Hace unos días, el jurista digital de cabecera separatista decía en Twitter algo como que, dado que legalmente se decía que el referéndum no era posible, habría que plantearse el asunto desde la perspectiva de la Filosofía del Derecho. Filosofemos un poco (sin pasarse).

Cualquiera que examine el gráfico y sus potenciales consecuencias, con seriedad y sin trampas, habrá advertido que constituye un claro ejemplo de uno de los muchos motivos que se aducen contra un referéndum de secesión como el que pretende el separatismo: en una hipotética sucesión de referendos, la separación habría sido derrotada hasta seis veces, logrando repetir una séptima, en que se habría impuesto por un margen de cinco puntos. ¿Estaría justificado, en esa hipótesis, iniciar una secesión que, por definición, tiene carácter irreversible? Es más: en tres posteriores referendos, volvería a imponerse el NO a la secesión. En ese caso, ¿qué habría que hacer? ¿Continuar con la secesión, pese a saber y conocer que la población no la apoya? ¿Retrotraer y anular los efectos de la secesión y solicitar que se inicien los trámites de reunificación?

Cuando se dice que el separatismo busca la «foto de un día«, las encuestas del CEO (y eso, dándolas por buenas, lo cual tiene su aquel) confirman esta tesis. Diez referéndums, el separatismo «gana» uno por un margen poco significativo y resulta que el único que tendría verdadero carácter decisivo, vinculante y definitivo sería el favorable a la secesión. Esto es lo que plantea el separatismo: probar, probar y probar a ver si un día, por casualidad, las circunstancias operan de tal modo que se consiga un resultado favorable. Lo que se llama una «voluntat popular expressada a les urnes de forma sostinguda en el temps» (voluntad popular expresada en las urnas de forma sostenida en el tiempo; véase último párrafo del artículo citado. Aviso que es de Nació Digital, por si tenéis un tiempo limitado en vuestras vidas).

CONCLUSIÓN.  Tras este breve experimento, he recordado las palabras de Elie Kedouire en «Nacionalismo» (p.187; Alianza Editorial): «En realidad, no hay nada concluyente respecto de los plebiscitos excepto que una cierta población sometida a propaganda, presiones o estímulos opuestos votó en un día determinado de una y no de otra manera. El resultado, si es aceptado de una vez para siempre, tiene el mismo componente de arbitrariedad que cualquier otro que pueda resultar por razón de conquista o de negociación«.

¿No querían Filosofía? Ahora que leo que son tan aficionados a las cábalas (vía CEO) del referéndum unilateral, sería de agradecer que reflexionasen sobre cuestiones como la tratada en este artículo. No se preocupen: no hay peligro. Demasiada exigencia para todos esos intelectuales de los que Ignacio Vidal-Folch (autor del inolvidable y antológico «Trenes llenos de psiquiatras«; no viene a cuento, pero me gusta recordarlo) se acordaba ayer en su artículo «La responsabilidad de los intelectuales«. Soluciones y reflexiones, seguro que las puede haber de diversas clases, con distintos márgenes de apreciación. Todo lo que no suele afrontar el separatismo.

Edito: para añadir que la idea de la entrada surge a raíz de ver un tuit de Ignasi Guardans, en el que escribe lo de «foto de un día» con relación al gráfico objeto del artículo.

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Quirze de Montpalau

Estaria molt bé que això ho llegissin els que el cap de setmana que ve engeguen un nou partit i tot el que sabem proposar és que s’ha de fer un referèndum.

Raúl

Apoteósico.

Viure Lliure

Un post indigne de tu i d’aquest blog.

Perpetuo Mogudo

Impecable articulo. Me gustaría leer a algún separatista rebatiendo (dudo que sea posible) los razonamientos de puro sentido común de esta entrada. También me gustaría que medios de comunicación y políticos nacionales de talla enfrentaran al separatismo con su debilidad argumental, su escasa o nula capacidad de autocritica,.etc. con ejemplos tan claros y meridianos como este. Parece mentira que tengan que ser ciudadanos de a pie los que tengan que plantar cara o decirles las verdades del barquero a la tropa prusesista. Digamos que muchos intelectuales y políticos del lado contrario dejan también mucho que desear. En el campo independentista o nacionalista (son lo mismo? cual es la diferencia?) ya comienzan a haber algunas voces intelectualmente libres y honestas que están diciendo «así no'». Dejando de lado su sentimiento y su corazón y apelan a la razon para denuncian las falacias, los errores y las formas del pruses. Por otro lado a menudo sospecho que muchos de los máximos dirigentes prusesistas no quieren la independencia, lo cual ya es el colmo del cinismo, lo que quieren es solo eternizar su modus vivendi, el victimismo permanente, y vivir tan ricamente a expensas de todos los catalanes (de uno y otro «bando») y de todo el resto de los españoles manteniendo poder y privilegios.

Francisco

En la ruleta rusa, hay nueve tubos vacíos y uno con bala, pero basta con que te toque esta última para que se acaben los intentos para siempre. Los referéndums de ruptura suelen ser eso. Tú dispara, que dejarás de hacerlo cuando salga el sí.

Para hacerlo bien, tal vez deberían seguirse estos pasos:

-Mayoría independentist cualificada en el Parlamento regional durante, pongamos, tres legislaturas.
-Referéndum en primera vuelta. Si cualquiera de las dos opciones supera los dos tercios de los votos…
-…Referéndum en segunda vuelta, pasados, por ejemplo, diez años. Si se vuelven a superar los dos tercios, se inicia la secesión o se mantiene el statu quo sin que la cuestión vuelva a plantearse en un par o tres de generaciones.
-Si ninguna opción ha obtenido una mayoría cualificada de dos tercios, se entiende que existe un empate técnico entre ambas posturas. Se inicia, entonces, un proceso de negociación para dar con una solución intermedia que concite el consenso de la inmensa mayoría de la población.

Desde mi punto de vista, un procedimiento similar garantizaría una cierta estabilidad, ya que el objetivo de los políticos, según entiendo, no es derrotar o ignorar a la mitad de su sociedad (favorable o contrario a la secesión), sino lograr mínimos comunes denominadores en los que casi todos estemos de acuerdo y, por tanto, puedan ser estables en el tiempo. Por otra parte, entiendo que si la secesión va en serio, debe plantearse como un proyecto de largo recorrido, garantista y sin las prisas a que nos tienen acostumbrados ciertos sectores de la agitprop catalana. Defender una secesión exprés («tinc pressa») recuerda a la pataleta o lloriqueo de un niño que quiere el juguete ahora y ya. El día en que el separatismo alcance cierta madurez, entenderá que algo así, si está basado en la voluntad indudable y constante en el tiempo de la población, solo puede llevarse a cabo en un proceso de décadas. Lo demás es frivolizar.

Lo otro, la ruleta rusa, siempre es un recurso, pero ya no hablamos de decisiones racionales sino de azar.

Karlos

Bravo!. Genial artículo, mal que le pese a Viure.
Un empate técnico sin duda sería posiblemente el mejor escenario posible para todos, donde el gobierno de España y la Generalidad, tendrían que ponerse de nuevo a trabajar por un futuro en común…. volvería la inversión y los inversores extranjeros volverían a comprar deuda (recordemos que ahora solamente el resto de España está tan loca como para adquirirla) catalana….

Fco. Javier

Javier, una entrada magistral. Lo has expuesto de maravilla.

Creo que las encuestas son para crear opinión.
En el caso de la del CEO no sé si pretende movilizar o desmoralizar el voto indepentista,, confiar al unionista o prepararles las excusas a algunos políticos para «aparcar» el referendum.

Y respecto a que el 70% u 80% quiere un refréndum….
Bueno, otra que tal, para crear opinión,…
O darse el argumento «van contra la mayoría»… (Todo el planeta comprobó que el 80% de la ciudadanía quería votar el 99,99% en el 9N)…
Los porcentajes no me los acabo de creer creo la verdad…
Si manipulan… perdón, «exageran» los datos de la participación del 11S ¿Cómo no van a «exagerar» una encuesta?

¿Es posible incluir en ése porcentaje a políticos que saben que NO va a ser legal y para pescar votos dicen que lo apoyan?

Joan

Magnífico análisis, Javier, que demuestra, con los datos a la vista, la inconsistencia práctica de un referendum para un tema como éste. Es algo que se ha recalcado muchas veces desde diversos puntos de vista: el referendum es la herramienta democrática más manipulable, y no es casualidad que casi todos los autócratas hayan recurrido a ella.
No obstante, creo que tu impecable análisis se desvirtúa por un defecto de base: el que tú mismo adviertes al inicio con «jugar en campo contrario» y «al límite de la inconsciencia». La propia hipótesis del referéndum (sobre todo, de un referéndum al 50%) es absurda en sí misma, por ilegal y antidemocrática. Es demasiado evidente que una decisión que afecta a la estructura del Estado, corresponde a TODOS los ciudadanos del Estado, que son los titulares de la soberanía.
Yendo al límite (y en circunstancias muy especiales) un referendum en solo una parte del territorio de un Estado, tendría que respetar como mínimo las reglas de validez establecidas en la Clarity Act (para no inventar lo que ya está inventado), es decir: Mayoría cualificada, validez por regiones, intervención del Poder Judicial, etc., etc., etc.
Pero al 50% y a la pata la llana, como pretenden los secesionistas, escapa a cualquier planteamiento razonable.

Juanmari

Hace dos años proponer el referéndum que ahora propone Puigdemont, con pregunta pactada, mayorías reforzadas, moratoria para un segundo referéndum… era facha y ahora es la cumbre de la democracia.
Nota: Homs vuelve a ejercer de abogado.

Viure Lliure

Minut 10 i endavant. Tota una lliçó sobre la separació de poders, l’estat de dret, etc.
Per cert, curiós que no es vulgui investigar qui va enregistrar el ministre de l’Interior al seu propi despatx, oi?

http://www.rac1.cat/audioteca/embed/91746701-e4a4-4d1f-96fe-1617e62e0e5e

Alex

Supongo que casi todos la habréis leído. En todo caso, por su alto valor documental, aquí va, again…

https://drive.google.com/file/d/0BzxSuOiSVtG4SmotbTZjRkx3aGs/view

Hay algo como de eterno retorno que hipnotiza. Da lo mismo cuando la leas; siempre es ahora…

Alex

Lo del encuentro con Jimmy Carter…

http://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/no-lo-veo-claro/puigdemont-carter-ridiculo_71103_102_amp.html

Es interesante ir al enlace y leer la nota de prensa del Nacional…