Reinicia Catalunya: más agitación y propaganda

El universo separatista va autocumpliendo sus autoprofecías. O sea, adapta la realidad a sus intereses para poder decir, por ejemplo, que la espontaneidad de la sociedad ha sido uno de los motores del auge secesionista. Uno de los próximos pasos en este sentido -es decir, continuar con la farsa de que es un movimiento de abajo hacia arriba- lo constituye la plataforma Reinicia Catalunya, que fue presentada un año atrás y que ahora se va a activar con una cierta publicidad.

¿En qué consiste? Se trata de una amalgama de organizaciones separatistas -las que ya conocemos (Òmnium, ANC, Réstate Súmate…) y algunas otras (son tan pocas que hasta necesitan sectoriales de la ANC para abultar, como se ve aquí)- que pretenden simular la existencia de una Convención Constitucional, es decir, la elaboración de una Constitución en diversas fases, con unas reglas que se han inventado. Qué significa Convención Constitucional aplicado a nuestro caso, ya os podéis imaginar que encaja perfectamente con el humo que suele vender el separatismo. Palabras grandilocuentes y apropiación de la «voluntad del pueblo».

Os podrá parecer que esto es algo como lejano y poco claro o solvente. Estoy de acuerdo, entre otras razones porque hasta alguno de los colectivos que apoyan esta pseudoConvención Constitucional se autodisuelven por el camino, como el colectivo Drassanes (por lo que leo, personas afines a la CUP y alguno de tendencias más extremistas en el pasado, dejémoslo así), o, si entramos en sus páginas web, como la de Sobirania i Justícia, su actividad es mínima.

Ahora bien, aunque parezca lejano y poco claro, esta plataforma presenta el Proyecto de PseudoConvención PseudoConstitucional el próximo 5 de marzo en el Paraninfo de la Facultad de Medicina de la UB.

projecte convencio

Para qué engañarse: aunque el eco que está teniendo esta iniciativa es más bien poco, ya podéis dar por seguro que el sábado tendrá una cobertura envidiable. Vaya, la propia de un movimiento de agitación y propaganda capitaneado por Òmnium, ANC y los de siempre (Requejo, Reniu, Jaume López, Carles Viver, Dolors Feliu, etc), unos para hacerse notar y otros para buscar algún cargo en el futuro, o afianzar los que ya tienen. Porque el «procesismo«, en sus distintos planos, va de eso: conseguir algún grado de notoriedad por la activa participación -si es acertada o no, importa poco- en favor de la secesión y, en algunos casos, además lograr algún cargo o puesto político. Seguro que tenemos en mente a alguien ya lo ha logrado.

Y por si a alguien, bienintencionado él, se le ocurre pensar que no, que Reinicia es una iniciativa espontánea, abierta a todos (formalmente, se dice que es así, pero materialmente es otra cosa): esto de Reinicia Catalunya se basa en Òmnium y ANC. Tanto es así que el Aviso legal y de privacidad de la web de Reinicia te dirige a Òmnium. Y la ficha de Reinicia en el Registro de Grups d’Interès de la Generalitat de Catalunya  da como dirección la de Òmnium. De por sí, esto no me parece extraño: la plataforma está formada por un conjunto de entidades y no parece que tenga una personalidad jurídica propia, así que remitirse a Òmnium podría calificarse de «normal».

Ahora bien. La cabeza visible de la plataforma es Òmnium. Y sus objetivos, como sabemos, únicamente dirigidos por y hacia la secesión. Su presentación en público en mayo de 2015 fue encabezada, entre otros (os podéis entretener en reconocer a todos los que estaban en el escenario), por Ferran Requejo (miembro del CATN); y la delegación de ‘representantes’ recibida el pasado 18 de febrero por la Presidenta del Parlament de Catalunya tuvo a la cabeza a Jaume López (digamos que el ‘padre’ teórico en Cataluña del ‘derecho a decidir’). Por supuesto, si nos fijamos en el apoyo de partidos políticos, estos no son otros que Junts pel Sí y la CUP.

Y con esta selección de integrantes se tiene el valor de afirmar cosas como que «…La constitución catalana no puede ser la constitución (sólo) de los independentistas. Ni de los políticos. Ni de los expertos. Debe ser de todos..«. Y voy yo y me lo creo. Como en esta entrevista a Jaume López, donde dice: «Volem que el debat estigui no només enfocat pels independentistes. Volem un debat on tothom que vol pensar la Catalunya del futur, tingui estat propi o no, hi pugui dir la seva. En aquest debat, hi pot participar tant qui tingui com a horitzó la independència com qui no’«. Dudo que haya muchos ingenuos dispuestos a creerse esas cuatro líneas.

Lo criticable no es que constituyan plataformas y que se autoconvenzan de sus propios postulados. Aquí cada uno es libre de hacer lo que le parezca. Lo criticable es que, a estas alturas, todavía sean capaces de afirmar en público que sus debates se dirigen también a quien no apoya la secesión. Una forma, cínica, de enmascarar y dulcificar sus objetivos para justificarse frente a los demás: qué sencillo es decir que el club de la secesión está abierto a los que no son partidarios de la separación. Y acusarlos de ser poco demócratas si no quieren participar en la secesión. Así está el nivel de razonamientos por Cataluña. [Es el tipo de razonamiento que se utiliza para justificar las ponencias conjuntas para la tramitación de las leyes de secesión]

¿Con qué grado de legitimidad cuenta esa Plataforma para autoconstituirse en Convención de objetivo constitucional? Ninguno, es evidente. Pero se lo van a atribuir todo.

Por eso, aunque se trata de otra iniciativa de mentirijillas, que no conduce a sitio alguno, no hay que desdeñar la Plataforma: hasta el momento ha tenido poca actividad (no hay más que ver una agenda bastante vacía) y sus integrantes serán los mismos de siempre, pero el apoyo que tendrán de los medios secesionistas será importante. Yo creo que a casi nadie le pasa por alto la identidad absoluta entre Reinicia y el secesionismo. Sin embargo, no está de más que le fijemos un poco de atención y veamos cómo de nuevo se intenta monopolizar el debate, usurpando y atribuyéndose, sin legalidad ni legitimidad alguna,  la voluntad de todos los catalanes.

Y cuando no hay legalidad ni legitimidad tiene un nombre, o varios. El separatismo al uso lo llama «democracia». Para mí que ese no es el nombre.

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Juanmari

Leyéndote parece como si te fueras a autoexcluir. Otra palabreja procesista y el colmo del cinismo. Debieras aprender de Santiago Vidal (juez y senador)que está en todas. Excelente post como siempre pero, añado, este aire de escepticismo,cachondeo y cierto desencanto desesperado le va estupendamente al tema y se te da cada vez mejor. Una apuesta, te juego un café virtual a que antes de tres meses se saltan sus propias y recién inventadas reglas de la Convención Constitucional, por supuesto,en nombre de la democracia.