Graset, Terribas, terrorismo, silencio, manipulación, amoralidad

Han pasado unos cuantos días y no se me ha olvidado el tema de Xavier Graset y Mònica Terribas y la ausencia de mención del pasado de Carles Sastre, relevante sin lugar a dudas cuando el tema va de «militants històrics», «dels primers que van facilitar la CUP», «històrics de l’independentisme» (esto es del programa de Terribas).

Todavía me falta tiempo para analizar con más detalle la bajeza moral e intelectual de esos «periodistas». En un artículo en Crónica Global sobre el tema, con relación a Graset y una carta publicada en respuesta a las protestas o quejas de la sobrina del empresario sr.Bultó, se acierta por completo sobre la cuestión: «…Graset no mencionó el auténtico motivo de la polémica: que trató a su invitado de «preso político»…«.

Efectivamente, allí está el quid de la cuestión. Me gustará poco o nada que en TV3 o Catalunya Ràdio se entreviste a Carles Sastre, pero me aguanto. Es una opinión o un criterio y, frente a ello, se puede tener otro. Ahora, lo que es objetivamente inaceptable es que Sastre sea presentado o tratado por Graset y Terribas como «pres polític«, «gran reserva de l’independentisme«, «històric de l’independentisme» o cualquier otra fórmula que silencie un pasado más que relevante. No en vano, si el hecho de entrevistar a Sastre proviene de la firma de un manifiesto relacionado con el independentismo, y tanto el entrevistado como buena parte de los firmantes estuvieron relacionados con el independentismo terrorista, resulta moralmente inaceptable quedarse con lo de independentismo y olvidarse lo de terrorista. Aunque, claro, también sabemos que para Terribas «Hi ha qui considera Bin Laden terrorista i hi ha qui el considera un heroi.«.

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Juanmari

Leí el otro día las «excusas» de Grasset, no escribí nada porque habría roto la paz navideña, igual que el relativismo moral de raíz técnica de Terribas. Menudo argumento: el final de cualquier valor ético.
Ardanza, un lehendakari que podías enseñar por el mundo, dijo que «de ETA nos separan los medios y también los fines». Eso es una premisa básica para convivir en democracia respetando la pluralidad que los nacionalistas olvidan a menudo: con el terrorismo no se comparte nada más que el código penal. Esto tiene que circular por la sangre de un demócrata. Normalmente aclararía que no quiero comparar situaciones pero esta vez sí quiero. Hay cosas que ni se pueden ni se deben olvidar. Reinserción por supuesto, bienvenido sea a la democracia pero eso no borra lo que hizo. Si sale al debate público, en un país en el que estamos acostumbrados a sacar la filiación politica del abuelo de los candidatos para descalificarlos, sólo desde la indigencia humana y la comprensión ideológica se entiende tanta «neutralidad» informativa. Me asombra que, desde el independentismo, solo, (que haya leído) Xavier Rius escriba una crítica sobre el tema. Esperaba más. Más críticas y más de algunas personas.