Cristian Segura, Sala-i-Martín, Rahola y la falta de humor

Es una pena que disponga de tiempo limitado y no pueda dedicarle al blog más tiempo. Se acumulan muchas cosas, pese al evidente descenso de interés del asunto secesionista, y la actualidad se lleva por delante algunos temas. Aun así, no me resisto a comentar lo sucedido hace ya algunos días con alguien que ya ha sido objeto de comentario en este blog: Xavier Sala-i-Martín.

El denominado «prusés» es una caricatura y, por lo tanto, se presta a descripciones cómicas. Eso es lo que está haciendo en los últimos días el periodista del diario EL PAIS Cristian Segura, con una serie de artículos titulada «El procés és una tertúlia» en que, de forma corrosiva y punzante, describe a diversos personajes que forman parte de la, digamos, iconografía del momento. Hasta la fecha, les ha correspondido el «honor» de ser objeto de uno de esos artículos a Pilar Rahola, Francisco Marhuenda, Enric Juliana, Xavier Sala-i-Martín y Xavier Sardà. De forma pública, quienes han mostrado su descontento, como era de imaginar, han sido Rahola y Sala-i-Martín.

A este último le molestó especialmente que Segura le afease dos cosas: la primera, el ejemplo de Rosa Parks en su libro «És l’hora dels adéus», y la segunda, que tras dárselas de superdemócrata y aleccionar a Durao Barroso ante una eventual salida de la Unión Europea de Cataluña en caso de secesión, el periodista mencionara la intervención de Sala-i-Martín en un foro económico en un país tan democrático como Guinea Ecuatorial.

Como ejemplo, una captura de parte de la «conversación» en Twitter, en que se aprecia lo mal que se lo tomó Sala-i-Martín, quien quizás debería tener un poco más de aguante, o quizás es que, como me temo, está demasiado acostumbrado a que la parroquia separatista le ría todas las gracias y le aplauda cualquier cosa, pese a tener un discurso en lo económico bastante a la derecha. Pero eso es otra historia. Vamos con la captura.

Sala Martin Cristian Segura

El tema continuó un poco más, como veis con el típico tono hooligan de Sala-i-Martín y de bajo nivel cuando se refiere a asuntos en su vertiente política. La reacción de un señor de su «prestigio» denota cuánto se toman en serio «intelectuales» como él (o Rahola, que tildó a Segura de provocador) y lo mal que aceptan una opinión en contra, incluso en tono paródico (lo cual reafirma que El Prucés es una parodia). De hecho, no la aceptan, lo cual es motivo todavía de más risa, con lo cual se da pie a artículos como el de Maiol Roger, también en EL PAÍS.

Entrando en los dos aspectos más polémicos que «molestaron» a Sala-i-Martín:

1. Sobre la cita a Rosa Parks, quien se negó a ceder su asiento a un blanco en el autobús. Sala-i-Martín dice en su libro (y lo repite allí donde puede) que eso no es ningún paralelismo con el hecho de que no se pueda votar (de momento) la secesión. Ya dije, cuando comenté su libro, que era un ejemplo muy «desafortunado» (y ahora que lo he releído, estuve muy comedido). Es obvio que SÍ establece un paralelismo.

2. Sobre su participación en un foro económico en Guinea Ecuatorial. Aunque Sala-i-Martín se pagara todo de su bolsillo para participar allí (cuestión secundaria), es absolutamente paradójico que presumas de demócrata y, en cambio, participes en foros organizados en una de las dictaduras más conocidas del planeta. ¿O no es paradójico?

Conclusión. Ya lo he señalado antes: Sala-i-Martín, en la línea común de los tertulianos y adláteres del Prucés, son incapaces de encajar una sola crítica. Por el simple motivo de que siempre les dan la razón. Y cuando siempre te dan la razón, te acabas creyendo que la tienes y que tu voz es de una autoridad inconmensurable, sin posibilidad de réplica. O sea, un demócrata. O quizás no tan demócrata. Que le falta sentido del humor es evidente.