Dado que, al parecer, los argumentos falaces por parte del separatismo dan síntomas de agotamiento, la nueva vía de actuación alternativa es la insidia o, ya en último extremo, el insulto, que es el tema que hoy nos ocupa.

Y es que precisamente a eso, al insulto, ha recurrido Xavier Sala-i-Martín en la tertulia del martes 3 de junio de 2014 en el programa de radio «El món a RAC1«, que pasa por ser el matinal más escuchado en Cataluña. ¿ Y a quién ha insultado? Pues a una niña de 8 años, de la que ha dicho que «se parece a la niña de «El Exorcista»» (en el original dice que «s’assembla a la nena de l’Exorcista«). Para más señas, la niña a la que se refiere es Leonor de Borbón y Ortiz, que en un par de semanas será la heredera al trono.

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Que la destinataria final del insulto se apellide Borbón o de otra manera tiene su importancia, pero sólo relativa. Lo importante es averiguar qué clase de insania, aderezada con odio, aqueja a una persona para insultar a una niña de ocho años. Parecía difícil, pero Sala-i-Martín ha logrado descender todavía más en la consideración que cualquier persona puede tener de él, mediante el insulto a una niña. Todo sea por la causa. Una causa con tintes inaceptables.

Si para defender el separatismo (que es siempre la cuestión de fondo) o, como era más o menos el caso, atizar contra la existencia de la Monarquía, hay que recurrir al insulto zafio y grotesco contra una niña, queda todo dicho. Por cierto, el sr.Sala-i-Martín apela en la tertulia (de hecho, en la misma intervención a la que pertenece el corte) a la elección democrática de los gobernantes, para defender, lógicamente, este sistema frente al sistema hereditario de la Monarquía. Sin entrar en disquisiciones teóricas y prácticas sobre el tema que no proceden, me permito ilustrar a Sala-i-Martín para que se entere de que el Jefe del Estado en España no gobierna. El Rey reina, pero no gobierna. Pero esto supone enseñarle un concepto que desconoce, como es el de la Monarquía Parlamentaria. Lo sé, muy complicado para alguien que últimamente sólo recurre al insulto y argumentos de indigencia moral e intelectual.